Q’A NO’JBAL

Ni mesías ni supermán

Kajkoj Máximo Ba Tiul

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Llevamos una semana de resaca por la elección del nuevo gobierno, a pesar de que se elige bajo las obligaciones de la Ley Seca. Como alguien dice por allí, la resaca en seco es más jodida, porque ni los tragos que nos serviremos en estos días, cuando estaremos hablando y acompañando a quienes ya iniciaron su caminado hacia el vientre de la Sagrada Tierra, podrán quitárnoslo.

La tierra y el cielo también habían sentido esta nostalgia de impotencia, porque al poco tiempo de escucharse los primeros datos de la segunda vuelta, el cielo fue cubierto con un manto totalmente negro y amanecimos el día lunes con intensa lluvia que duró dos días, ininterrumpidos. Después de ese momento, aparece el sagrado sol brindándonos su luz como para decirnos, salgan de ese shock, porque el camino es largo y falta mucho por construir. No sabíamos si decir “adiós lluvia, hola sol, adiós sol, hola lluvia” (Nikte) porque el tiempo estaba en sintonía con nuestro sentimiento.

El modelo presidencialista nos ha hecho mucho daño, porque cada cuatro años estamos esperando que llegue un superman o un mesías para que resuelva los grandes problemas del país. Se nos olvida que desde el inicio del Estado burgués guatemalteco, los sucesivos gobiernos siempre han llegado a enriquecerse y les han importado poco las demandas de los más pobres; es más, ellos han sido promotores o colaboradores de la situación en la que actualmente se encuentran los pueblos, a excepción de los gobiernos de Arévalo y Árbenz.

Hoy se nos exige estar totalmente despiertos, no solo para luchar contra la corrupción e impunidad, sino para que al final hagamos cambios profundos al sistema. Sobre todo porque quien ganó la Presidencia, primero no tiene experiencia en política, y tampoco cuenta con un plan ni programa de gobierno, y está rodeado de los mismos que han hecho trizas nuestro país, y entonces será la viva imagen de un gobierno de varias cabezas (Estados Unidos, la burguesía y la oligarquía, los militares y las iglesias, sobre todo evangélicas). Estas cabezas tendrán al nuevo presidente como una marioneta.

No sigamos esperando nada de este nuevo gobierno. Ya pasó el tiempo de la resistencia. Ha llegado el momento de la rebeldía. Ahora sí ha llegado el verdadero tiempo de los pueblos. Se nos hace urgente fortalecer nuestro modelo organizativo, desde las comunidades, barrios, caseríos, aldeas, municipios, departamentos y a nivel nacional, para caminar hacia nuestra verdadera libertad.

“No le tengamos miedo a la libertad”, decía Nelson Mandela. Ahora tenemos que pasar de ser indignados a encabronados. Buscando caminos comunes, para lograr nuestra verdadera dignificación. No tenemos que dormir, porque la serpiente de varias cabezas sigue viva y lo que quiere es que nos callemos y nos refugiemos en nuestras casas. Solo juntos podremos cambiar este sistema tan podrido y no esperemos al mesías o al superman. Por mi hija Us’ij’, que cumple 18 años.

ajpop2004@yahoo.es

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