VENTANA

Nueva era chapina

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El 3 de septiembre amaneció con una luz prístina. Los volcanes se apreciaban nítidos en el paisaje. El aguacero de la noche fue tan fuerte que limpió el ambiente y con él se llevó a quien había dejado de ser nuestro presidente legítimo, Otto Pérez Molina. Los guatemaltecos celebramos que nadie esté por encima de la ley. La señora Sofía Galindo exclamó en la Plaza de la Constitución: “Si algo tenemos que agradecerle al expresidente es que logró unir al pueblo”.

¡El huracán de la conciencia cívica que despertó y empezó a formarse desde hace cinco meses, luego de las investigaciones presentadas por el impecable trabajo del equipo de Cicig, con el comisionado Iván Velásquez, y la fiscal general, Thelma Aldana, ha rendido frutos! Y a partir del 1 de septiembre la nueva era de Guatemala empezó a fluir.

Lograr acuerdos entre dos personas no es fácil. Lograrlos entre miles de personas es una proeza. Percibo que hemos guardado en nuestros corazones una vocación de paz desde siempre que no habíamos podido manifestar, y que ahora brota como un sagrado manantial. Estamos recuperando la confianza en el otro. Estamos dejando a un lado nuestros intereses personales y nos comprometemos para actuar con paz y alegría. Formar un cordón humano frente al Congreso para que los diputados ingresaran a sesionar para retirarle la inmunidad a Pérez Molina fue una estrategia tangencial que lo demuestra. Esta manifestación ciudadana, que está asombrando al mundo entero, se ha mantenido no porque nos apegamos a una regla o a una ley. No. Ha persistido porque a pesar de nuestras divisiones políticas, religiosas, económicas, étnicas, compartimos un claro propósito: ¡ya no queremos más corrupción ni impunidad! Queremos una Guatemala justa, solidaria y en paz.

En mayo de este año 2015, la BBC publicó un artículo que refiere lo siguiente: “Guatemala es uno de los países más violentos en el mundo. La corrupción es enorme, sin embargo, un nuevo movimiento político ha empezado a guiar una serie de protestas, sin un solo incidente violento y esto está generando un alto impacto en los líderes nacionales”. Así es y no podemos bajar la guardia, ni en los próximos días, semanas ni años, hasta superar los desafíos que sobrevienen. En un tweet reciente, el comisionado Iván Velásquez expresó: “La lucha por la restauración moral de la República es un largo proceso que apenas empieza y requiere de la participación de toda la ciudadanía”.

Las elecciones del próximo domingo serán otra prueba más que demostrará nuestro compromiso con Guatemala. Tengo fe en que los chapines actuaremos con tolerancia, dignidad, orden, respeto y ecuanimidad. Sostendremos a Guatemala en nuestros hombros. Estas elecciones han cobrado un sentido distinto para nosotros. Como bien dijo la fiscal general, Thelma Aldana, ayer: “Cuando se alinea la justicia con las expresiones ciudadanas, triunfa la democracia”.

Acudamos a votar con un horizonte que va más allá de lo político partidario. Acudamos con la imagen del florecimiento de una nueva Guatemala. “Nunca antes habíamos sentido tan desesperada necesidad de renovar nuestro sentido de comunidad”, cantó el Clarinero.

clarinerormr@hotmail.com

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