LA BUENA NOTICIA

A la Iglesia en Jutiapa

Víctor M. Ruano

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El presbiterio de la Diócesis San Francisco de Asís, en Jutiapa, y el obispo Antonio Calderón Cruz se reunieron con el teólogo español Jesús Espeja por cinco días. Al concluir dirigieron un mensaje a las comunidades cristianas de Jutiapa, en el que comparten el rumbo que anhelan seguir para darle identidad a esa Iglesia Particular, y la perspectiva evangélica desde la cual acompañar la vida de estos pueblos, económicamente pobres.

Jutiapa, además de la violencia estructural que impone a su población la ideología del sistema vigente en un mundo globalizado, sufre corrupción, impunidad, desempleo, violencia, depredación de su tierra; soporta medios de comunicación acríticos, una clase política mediocre y un catolicismo sin conciencia social, cómplice del sistema corrupto que impera en el país. Es normal, entonces, que su gente busque una vida y una convivencia dignas. La Iglesia no es indiferente a esa realidad, ella reflexiona y evalúa, discierne y actúa en búsqueda del bien común con los ciudadanos sedientos de justicia y convivencia pacífica.

Por eso su opción es clara: “Evangelizadores de los pobres”, como “la única forma de proclamar el Evangelio para todos”. Esto no es política barata ni ideología trasnochada, es una posición inspirada en el estilo de Jesús y en la experiencia de Dios misericordia, que busca impulsar procesos liberadores y transformadores de la realidad social y eclesial, para que la vida humana resplandezca en toda su belleza y dignidad ahí donde está amenazada y disminuida.

Se comprometen a ser portadores de buenas noticias que liberan y dan esperanza a los excluidos, para que los hombres y mujeres, los jóvenes y niños de ese departamento lleguen a ser sujetos protagonistas de su historia; también se disponen a luchar al lado de ellos, para que salgan del estado de postración y abandono en el que están a causa de un sistema sociopolítico que los aplasta y utiliza sin piedad.

La motivación principal de estos presbíteros con su obispo es cómo acompañar, desde el Evangelio, a la comunidad cristiana en Jutiapa, para que viva y trabaje apasionadamente, con todos los ciudadanos de buena voluntad, en orden a construir una sociedad más humana y justa, más pacífica y fraterna.

Para responder a ese desafío se han situado en el horizonte abierto por el Vaticano II, concretado para América Latina en Aparecida y actualizado en la visión de la Iglesia que impulsa el papa Francisco. Esto implica la responsabilidad de configurar el rostro autóctono de la Diócesis de Jutiapa, para que no sea una especie de departamento administrativo de la Iglesia, sino que explicite en la realidad jutiapaneca el misterio de salvación, convencidos de que toda comunidad reunida en torno a su obispo es verdadera y plenamente Iglesia.

Este objetivo exige a todos una espiritualidad de la pobreza evangélica encarnada en la vida e historia del pueblo jutiapaneco; también una iglesia con “pastores que sepan tratar y no maltratar a su pueblo”, sobre todo en “una sociedad que sangra y el costo de sus heridas lo terminan pagando los más indefensos”. (papa Francisco).

pvictorr@hotmail.com

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