CATALEJO

Arzú, enredado por su arrogancia

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Muy pocos guatemaltecos pueden dar crédito de la indudable y patética arrogancia de Álvaro Arzú Irigoyen, pero no es común verla en vivo y a todo color. Ayer se puso corbata, raro en él, y se dirigió sin invitación a la conferencia de la odiada prensa en la cual Thelma Aldana, del MP, e Iván Velásquez, de la Cicig, lo acusaron de estar involucrado en acciones delictivas y en financiamiento ilícito de su mini “partido” Unionista, entre otros delitos. Los encargados de seguridad le vedaron el paso y se quedó, con cara descompuesta, escuchando los señalamientos y el anuncio de la solicitud de antejuicio. Al salir, reunió a los empleados municipales y declaró “non grato” al comisionado. Sin duda, ya es el inicio del fin de una carrera hundida en la corrupción.

En cierta forma, el alcalde no debe temer a la solicitud de retiro del antejuicio. Depende del Organismo Judicial, donde la suerte podría sonreírle. Desde ayer, de pronto surgieron algunos correos electrónicos con mensajes de apoyo, sobre todo luego de muchos en contra. Independientemente de esto, vale la pena señalar su megalomanía, es decir su delirio de grandeza, manifestado cuando afirmó ser víctima de una “venganza política” a causa de “haber evitado un golpe de Estado” contra el presidente Jimmy Morales, cuando su presencia al lado del tan cuestionable Edwin Escobar, presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades, fue para compensar el inexplicable nombramiento de su hijo Roberto para hacer negocios en toda Sudamérica.

A nadie debe extrañar la acusación del financiamiento ilícito para los Unionistas, pero se trata de una mínima suma al comparar los 14 mil millones de quetzales manejados en Tu Muni de manera caprichosa durante los años de su monarquía absolutista en el Palacio de la Loba. Algunos de sus colaboradores están siendo acusados, sus relaciones con personajes cuestionables eran un hecho, y todo ello explica de manera clarísima, prístina, su aberrante antagonismo a la Cicig, entidad indirectamente beneficiada porque afianza su afirmación de ser impopular entre los corruptos. El efecto de la conferencia de prensa se multiplicó a causa de haberse colado en una fiesta convertida para él en un velorio.

Fue irónico verlo a medio metro de las cámaras periodísticas, llegadas allí para cubrir la conferencia. Su presencia fue un inesperado regalo para un gremio al cual odia e irrespeta, y luego, frente a la Muni, arengando y gesticulando, con la esperanza de recibir cobertura de la prensa independiente. Por supuesto, tiene derecho a ser considerado inocente, pero sus malas compañías obligan a acordarse del “dime con quién andas y te diré quién (o qué) eres”. El golpe de ayer fue de cinta negra de karate, y ahora solo le queda comprobar valentía afrontando el juicio del cual sólo se puede salvar con un apoyo judicial cuya única interpretación es la de ser una tácita confesión de culpabilidad, pero al mismo tiempo de cobardía y de poca entereza.

No deja de ser curiosa la fecha de esta bomba política. El primer día de trabajo del nuevo embajador estadounidense, Luis Arreaga, parece marcar el afianzamiento de la hoja de ruta de la Cicig, sin importar quién la dirige. No se necesita demasiada astucia para prever un incremento de los ataques, provocados y/o financiados por gente ahora horrorizada por los alcances de las investigaciones. Es evidente el fin del “partido” Unionista: el único diputado, Álvaro Arzú Escobar, se empantanó con su voto a favor de la amnistía para los delincuentes dentro y fuera del Congreso. Debe renunciar, como debe hacerlo su papá, porque quedarse sólo comprobará su pertenencia a la política corrupta. Todo esto se complicó a causa de su torpe “colada” de ayer.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.