VENTANA

Ascenso o caída

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Nunca en mi vida me imaginé que el desarrollo de Guatemala vendría primero desde el lado de la justicia y después  vendría a alcanzar la prosperidad  económica.  Como muchos otros chapines, he estado confundida todos estos años.   Siempre hemos  pensado que el cambio de país sucedería,  primero, desde lo económico.   Pero los hechos que estamos viviendo hoy nos demuestran lo contrario. “En  el camino que Guatemala ha tomado, abrir las puertas a la justicia es la antesala para llegar al desarrollo”, confirmó el Clarinero.

El enfrentamiento entre el sistema Judicial y el Ejecutivo puede modificar drásticamente nuestro futuro como país. En mi opinión, necesitamos una imagen que vaya explicándonos el camino que vamos tomando como nación. El premio Nobel de Química 1977, el físico Ilya Prigogine, consideraba que para que el pensamiento se inclinara a la acción era necesario imaginar un futuro que funcionara. Para mí, las imágenes pueden ser estas dos: “la caída” o el “ascenso”. El sábado 26 de agosto, en elPeriódico, Gonzalo Marroquín sugirió algunos eventos posibles del escenario de la “caída”. Por ejemplo, nos conduciría hacia el abismo, si se retrasaran los casos que se siguen en los tribunales. Si los jueces y magistrados se dejaran influir otra vez por las estructuras criminales y el narco. En pocas palabras, si perdemos lo ganado, si la impunidad vuelve a ser la norma en Guatemala.

Los historiadores le llaman a este punto de bifurcación como haber llegado al punto de no retorno. Aunque muchos quisieran que las cosas volvieran a estar como estaban antes, va a ser imposible: o caemos al abismo o nos alzamos en un ascenso inédito en nuestra historia. El propósito de la columna de hoy es demostrar que sí existe un futuro que funcionará para todos si, en nuestro imaginario, le damos importancia total a la creación de un estado de Derecho y confiamos que tal montaña es la que ahora debemos ascender, cueste lo que cueste, y duela lo que duela. Debemos confiar en que la justicia va a ser el trampolín que nunca hemos tenido para promover un desarrollo económico que sea para todos. Por el otro lado, seguir insistiendo en que esta es una batalla ideológica, y que debemos pensar que el desarrollo económico es primero que la justicia social, solo va a conducirnos al abismo, y vamos a dejarles el camino libre a las mafias corruptas, al crimen organizado y al narcotráfico. Por eso, en el fondo de este problema nos estamos enfrentando a un reto que, en esencia, es moral: es ético, es parte de tener en el corazón un ideal, o no, de querer alcanzar una vida que sea digna para todos.

¡Qué increíble que, entre la historia de desarrollo de los pueblos, nuestra salida sea la de crear primero un sistema que sea legal, para, después, crear un nuevo sistema económico! ¡Esa es la imagen del ascenso! Arriba, en la cúspide de la montaña de la justicia, vamos a encontrar cómo rehacer nuestra situación económica y social.

Siempre he creído que la prueba de fuego que todos tenemos que pasar algún día es contestar a nuestros nietos estas preguntas: ¿Hiciste tu mayor esfuerzo, diste lo mejor de ti, cuando la historia y Guatemala te lo pidieron? ¿Tomaste el camino que sería el mejor, no para ti, sino para nosotros?

¿Cuándo fue que esto ocurrió?

Comenzaría hablándoles del 2015 como el año que inició todo como un despertar de conciencia. Pero les diría que en el 2017 cayó el velo que nos obligaba a pensar que era lo económico, y no lo moral, nuestra gran puerta de salida.

clarinerormr@hotmail.com

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