EDITORIAL

Asesor gratuito será diputado a sueldo

Resulta ambigua la justificación del presidente Jimmy Morales a la asesoría presuntamente gratuita que le ha brindado el exmilitar y ahora diputado Herber Melgar Padilla, contra quien no hay ahora acusación legal, pero sí sospechas de posible participación en una estructura ilegal, dentro de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad, destinada a espiar a ciudadanos debido a sus críticas y oposición a diversas acciones del Gobierno.

Si bien se debería esperar que dicho espionaje no siguiera ninguna directriz oficial, lo cual sería constitutivo de delito, el hecho es que el Ministerio Público tiene abierta una investigación a causa de varias denuncias interpuestas. Melgar Padilla fue asistente de seguridad del mandatario, sin contrato ni remuneración, sino por voluntad, según el presidente. Esto crea una ambigüedad sobre los alcances de la actitud del asesor y la ingenuidad del gobernante.

Este martes, el teniente coronel asimilado y retirado acudió al Congreso para ser juramentado en la curul que dejó el representante oficialista Alsíder Arias con una celeridad inusitada y por razones muy opacas, supuestamente de tipo familiar. Al ser consultado por reporteros, el nuevo diputado reconoció haber asesorado al presidente Morales porque este se lo pidió y admitió haber estado presente en varias sesiones de gabinete sin ser funcionario.

Melgar Padilla se encargó durante la campaña de la seguridad del candidato Morales, y hoy afirma que aunque el ahora presidente le ofreció un cargo, prefirió no tomarlo porque había dejado pendientes diversos asuntos, los cuales quería retomar. Ello se contradice al figurar como asesor cercano al mandatario, solo que sin una relación contractual; es decir, sin ninguna cuentadancia, pero también sin juramento legal, que sería lo procedente, sobre todo de cara a los delicados asuntos tratados en cualquier reunión de gabinete.

En el Congreso hubo división respecto de la llegada del nuevo integrante, al punto de que el quórum fue apenas suficiente para la juramentación. Nadie de la Junta Directiva le colocó el distintivo al nuevo congresista, que ahora goza de una muy conveniente inmunidad y no podrá ser investigado por los señalamientos antes descritos, a menos que pase por un proceso de antejuicio. El jefe de bancada de FCN-Nación le impuso el distintivo y le dio la bienvenida.

Esta situación, junto con el extraño permiso concedido al diputado Luis Rabbé, cuyo fuero ya fue retirado por la Corte Suprema de Justicia y se encuentra escondido en Nicaragua —donde hay un gobierno afín a Ángel González—, acarrea otra ola de críticas y dudas sobre el Congreso, donde hay más de una docena adicional de parlamentarios antejuiciados por la posible comisión de varios delitos.

Si bien la presunción de inocencia es un derecho legal de Melgar Padilla y cualquier otro ciudadano, en lo político la lectura resulta desfavorable, pues la secuencia entre los señalamientos en su contra y el abandono de curul de Arias tuvieron una coincidencia sospechosa. Ahora solo hará falta ver si el nuevo diputado tiene el tiempo necesario para atender las obligaciones legislativas, que supuestamente le habían impedido tener un cargo en el Ejecutivo con todas las atribuciones, pero sobre todo con las responsabilidades de ley.

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