HAGAMOS LA DIFERENCIA

Caos provocado

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Una de las pocas carreteras en la que se continúa trabajando es la carretera del Atlántico, CA-9 Norte. Se están haciendo trabajos de construcción en el tramo Sanarate–El Rancho, desde el km 57 al 84+450. La construcción consiste en la ampliación a cuatro carriles con el apoyo del gobierno de Taiwán. Hay que reconocer que están haciendo un trabajo de calidad y se debe agradecer al pueblo de Taiwán por el apoyo en esta infraestructura muy útil para Guatemala. Como es obvio, para trabajar se interrumpe la circulación de vehículos en horarios específicos. Según el comunicado oficial de la Dirección General de Caminos del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda ,durante el día se interrumpe el tránsito de vehículos desde las 7.00 horas hasta las 20.00, en forma controlada, existiendo una o dos vías de circulación, y en la noche se cierra en tres horarios: a) desde las 20.00 hasta las 22.00 horas, b) 23.00 a 1.00 horas y c) de 2.00 a 4.00 horas.

En la noche, únicamente está abierto de 22.00 a 23.00 horas y de 1.00 a 2.00 horas. En esos horarios ocurre un verdadero caos vehicular; el territorio se convierte en tierra de nadie. El irrespeto de muchos pilotos transforma en una verdadera pesadilla el lograr pasar en esos lapsos de una hora que se abren. La cantidad de tráileres, buses y carros pequeños que circulan por la ruta es excesiva. Pilotos intrépidos no respetan la fila que se forma y empiezan a circular en contra de la vía, poniendo en riesgo sus vidas y la de muchas más. Esto provoca que, al encontrar carros que vienen en la otra vía en forma correcta, tengan que detenerse, en el mejor de los casos, o colisionar contra los que vienen en la vía contraria. Esto provoca un taponamiento que es difícil de deshacer y mientras tanto transcurre el tiempo de una hora en que se permite transitar.

He estado viajando en las últimas 10 semanas por esa ruta, por razones de trabajo, y he tenido la necesidad de viajar de noche. De Santa Cruz, Río Hondo, he salido a las 21.00 horas, y llego a tiempo para pasar en el lapso de las 22.00 a 23.00 horas. Por la problemática expuesta no logramos pasar y debemos esperar el siguiente turno, al detenernos dos horas para iniciar a circular de nuevo a la 01.00 horas, aún con problemas de congestionamiento. He llegado a la capital a las 4.00 horas o a las 3.00 horas. Un tiempo parecido a como si hubiera viajado desde Petén, entre seis y siete horas. No existe señalización adecuada y hay ausencia total de autoridades, policía, y agentes de Provial.

Para colaborar en la solución del problema, propongo estas medidas: a) una planificación mejor de los horarios, que permita pasar a todos los que están en la fila, esperando en el horario en que se abre. b) Colocar suficientes agentes y en forma estratégica en los lugares donde se forman las colas, además de multar a todos los vehículos que circulen en vía contraria; de las multas se obtendría suficiente financiamiento para esto. c) La constructora deberá señalizar adecuadamente en los lugares donde se forman las filas. Y d) Lo más importante, nosotros los conductores debemos concienciarnos de que debemos respetar y tener paciencia para hacer cola en forma ordenada, y reconocer que podemos causar muchos problemas como los que ha habido hasta ahora: embotellamientos interminables, accidentes, enojos, etc., pues después de todo “el caos es provocado”.

Las autoridades deben poner atención a este problema para no seguir lamentando pérdidas humanas y materiales que las ocurridas hasta el momento.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.