La Fiscal General y jefa del Ministerio Público, Thelma Aldana, envió ayer una carta en referencia a mi artículo de miércoles pasado, en la cual explica las razones de su presencia en la fotografía divulgada por medio de las redes sociales, donde se encuentra acompañando a una gran cantidad de los integrantes del grupo denominado Semilla, ahora en proceso de convertirse en un partido político. La reproduzco a continuación en su parte conducente. Dice así:

“El 13 de junio de 2016 fui invitada a la Oficina del Procurador de los derechos Humanos para recibir el apoyo de algunas organizaciones sociales al trabajo que realizamos desde la Fiscalía General y el Ministerio Público. A dicho acto también fueron invitados el superintendente de Administración Tributaria, Juan Francisco Solórzano; la Procuradora General de la nación, Anabella Morfín; el Presidente de la Corte suprema de Justicia, Rafael Rojas Cetina; el interventor de la Terminal de Contenedores Quetzal, Alexander Aizenstadt, y Claudia López, procuradora Adjunta A:I: de la PDH.

Al terminar el acto, solicitaron la toma de una fotografía en la Sala de la Procuraduría de los Derechos Humanos, como usualmente sucede en eventos con sectores gremiales, académicos, comunitarios o cualquier actividad en que participamos.

Entiendo su punto de sugerir una explicación a esta situación y lo único que puedo aportar, adicionalmente, es que muchas personas han sido testigos del incansable ataque contra mi persona, el equipo del Ministerio Público y la CICIG. Ha sido un ataque por distintos frentes y que se basa en mentiras, montajes, campañas de desinformación y hasta amenazas contra la integridad de nuestras personas. Mi compromiso ha sido y le ratifico que seguirá siendo el de una persecución penal eficiente, profesional y con absoluto apego a la ley.

Le agradezco la atención a la presente y le agradecería si esta explicación pudiera ser extendida a sus lectores por el respeto que me merecen”.

Considero clara la explicación acerca de la foto, y me doy cuenta entonces de su distribución como parte de la campaña mencionada por la funcionaria, porque no se informó de la fecha ni del lugar donde fue tomada. Por otra parte, lo ocurrido confirma mi convencimiento del peligro social significado por la divulgación de cualquier material por medio de las redes sociales, así como de la efectividad de acciones realizadas con la meta de mentir con una verdad y hacer llegar a conclusiones equivocadas a quienes los reciben, y también para aprovecharse de situaciones normales, como es en este caso una visita a la sede de la Procuraduría de los Derechos Humanos. Sin embargo, también existe un cierto nivel de aprovechamiento indebido, de algunos de los presentes.

En el caso de Semilla, la meta de convertirse en partido político ha estado desde el principio, pero no había sido hecha pública. Formar un partido no necesariamente es malo, por ser un derecho ciudadano, pero debe hacerse claro desde el principio para evitar los reproches de quienes lo apoyen porque no tiene connotaciones ni fines partidistas. Este caso comprueba una realidad poco comprendida: con muchísimas razones para desconfiar de cualquier foto cuya divulgación sea realizada por medio de las redes sociales. Aunque no sean montajes, son enviadas con propósitos ocultos, y si son falsas, tales intenciones son evidentes aunque a veces imperceptibles.