HAGAMOS LA DIFERENCIA

¿Cómo estamos?

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Recientemente, Fundesa presentó el Índice de Competitividad Global (ICG) 2017-2018, preparado por el Foro Económico Mundial (WEF, en inglés), con sede en Ginebra, Suiza, en el que despierta mucha preocupación, ya que Guatemala retrocedió seis puestos en relación con el año pasado y se  ubicó en el ranquin, en el puesto 84/134. Esto, a pesar de que no se tomaron en cuenta los últimos acontecimientos políticos ocurridos en el país, ya que la medición fue efectuada antes de estos hechos, probablemente estamos más bajo. La otrora Guatemala que lideraba los índices a nivel  centroamericano  está desapareciendo, conforme pasan los años. Costa Rica, por ejemplo, en el ranquin, 47/134, avanzó siete posiciones, colocándose como el segundo mejor de Latinoamérica, al implementar reformas importantes en reducir los trámites para abrir y operar negocios. Es de destacar que Nicaragua avanzó 10 posiciones, estando ya muy cerca de Guatemala. A nivel Latinoamérica, Chile se mantiene como el país más competitivo, en la posición 33/134. Los primeros lugares en el mundo los ocupan  Suiza, Estados Unidos, Singapur, Países Bajos y Alemania.

El índice es un estudio comparativo entre países, que mide los factores que inciden en la productividad y permite aumentar el crecimiento económico y mejorar los ingresos para reducir la pobreza. Evalúa 137 países que actualmente conforman el 95% del PIB mundial. Es importante porque varios organismos internacionales como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, así como inversionistas, agencias de calificación país lo utilizan como un insumo para medir el riesgo que determinada economía tiene. Evalúa 114 variables, al combinar datos de la encuesta ejecutiva de competitividad global que Fundesa realiza en Guatemala, e información estadística.

Guatemala ha sido mal evaluada en: a) costos asociados al crimen y la violencia, 134/134; b) crimen organizado, 133/134; c) calidad en la enseñanza de matemática y ciencias, 132/134; d) protección a inversionistas minoritarios, 132/134; e) calidad en educación primaria, 130/134; f) confianza en las autoridades de la Policía Nacional Civil, 128/134; g) Confianza del público en los políticos, 127/134; h) Suscripción de telefonía con internet de alta velocidad, 127/134; i) contrataciones del gobierno de productos de alta tecnología, 126/134; y j) desvío de fondos públicos, 124/134. Las variables en las que Guatemala recibió buena calificación fueron: a) Solidez de los bancos, 11/134; b) Índice de derechos legales, 13/134; c) Impactos en los negocios de la malaria, 14/134; d) Porcentaje de deuda pública sobre el PIB, 17/134; e) Regulación del sistema de valores y mercancías, 22/134; f) costo de los servicios financieros, 24/134; g) calidad en el servicio con orientación al consumidor, 27/134; h) especialización de las empresas de mercadeo y publicidad, 28/134; e i) cantidad disponible de proveedores de calidad, 32/134.

Las calificaciones para Guatemala fueron muy similares a las de 2016, pero comparativamente ha retrocedido en relación con otros países. Las recomendaciones generales para que Guatemala ascienda en el ranquin son: a) mejorar en el fortalecimiento del sector justicia, b) continuar en la lucha contra la corrupción, c) reformar leyes importantes como la Ley Electoral y de Partidos Políticos, d) fortalecer las instituciones de seguridad como la Policía Nacional Civil y el Sistema Penitenciario, e) proteger los derechos de propiedad privada. Considero que existen otros y que he señalado en artículos anteriores.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.