CATALEJO

Contumacia de las autoridades

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CONTUMACIA ES LA TENACIDAD y dureza en mantener un error, según el Diccionario de la Lengua Española. Se facilita cuando no se tiene la capacidad o la voluntad de darse cuenta de lo equivocado de una acción o de una decisión. Esto viene al caso al escuchar la insistencia gubernativa en considerar legal y también correcto el abortado acuerdo del Estado de Prevención. Si no fuera porque lo decidieron en serio y lo apoyaron tanto el presidente Jimmy Morales, el vicepresidente Jafeth Cabrera y la totalidad de los ministros, este asunto entraría en los anales del humor negro político nacional, tan lleno de ejemplos en todos los gobiernos anteriores, con el evidente primer lugar del encabezado por los dos personajes citados.

DE BUENAS INTENCIONES está lleno el camino al infierno, dice un viejo refrán. El problema en este caso es la posibilidad de intenciones malas, producto de la mala fe, del aprovechamiento indebido de circunstancias incluso discutibles, como es la gravedad de las lluvias de este año. Al aprovechar la oportunidad para abrir la puerta a los negocios sin cumplir las formalidades legales, y de paso acallar a los críticos, quedó sellado el fracaso porque la ciudadanía actual tiene ilimitado acceso a la información y sobre todo a la manifestación sin cortapisa alguna, por medio de las redes sociales, de sus reacciones y opiniones ante el accionar gubernativo.

ESA CONTUMACIA ES MUY parecida a la del aprendiz de dictador Jorge Serrano, quien lanzó —según él— un contrataque a quienes vemos la clara similitud del autogolpe. Insiste, en clara prueba de incapacidad, en su inocencia de la burda intentona de eliminar la Constitución porque su interés era depurar el Congreso. Pero por otra parte, esa actitud tiene la parte positiva de recordarle a todos los guatemaltecos interesados en la historia, la torpeza de los criterios serraneros de entonces, mantenidos sin cambios hasta ahora. Su presidencia es una de las manchas históricas, no la única, pero sí una de las más notorias, por lo cual los libros de Historia nacional la registrarán como un hecho necesario de conocer para impedir su repetición.

EL RESULTADO ES POSITIVO: fracasó la intentona. Se comprobó la necesidad de la vigilancia constante de las acciones de los políticos, o quienes lo son aunque hayan llegado blasonando no serlo. La debilidad del actual gobierno no es culpa de los ciudadanos, sino de los errores, los abusos, los compadrazgos, el nepotismo, en fin, todas las lacras presentes en la totalidad de los gobiernos anteriores, perfectamente iguales al actual. La reacción unánime ciudadana debe demostrar a quienes tienen puestos políticos cómo ya es cosa del pasado pensar siquiera en evitar la transparencia, en preparar acciones burdas. Y sobre todo, en no tomar el ejercicio del gobierno como una actividad seria, no como una fuente de ocurrencias torpes.

Acusación ridícula

EL PROFESOR CLAUDIO SOLÍS CORTEZ, director de la sección vespertina del Liceo Javier, quedó ayer en arresto domiciliario acusado de homicidio culposo por la trágica y muy lamentable muerte del estudiante Edward Alexánder Aldana Fuentes a principios de este año. Esa acusación cae en el ridículo, porque el homicidio culposo necesita una acción personal del acusado, por ejemplo, cuando atropella a alguien. Es decir, el profesor fue quien causó directa y personalmente la muerte del joven. A mi manera de ver las cosas, esto comprueba no solo la incapacidad de los acusadores, sino la posibilidad de una conjura oculta en contra del establecimiento educativo en la figura de su director. Si esto progresa, el sistema judicial del país sufrirá más desprestigio.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.

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