ENCRUCIJADA

Desaceleración y transición

Juan Alberto Fuentes Knight

|

El modesto crecimiento económico de Guatemala se está desacelerando. La evolución del PIB trimestral, del Indice Mensual de Actividad Económica (IMAE), de la evolución del crédito y de las exportaciones lo confirma. El índice de confianza que estima el Banco de Guatemala también comenzó a deteriorarse significativamente a partir de mayo. Tres hechos podrían explicar la desaceleración que se está dando.

Primero, el valor y volumen de las exportaciones se contrajo durante el primer semestre, en parte por una economía internacional poco dinámica y plagada de incertidumbre. Sumémosle un quetzal alto en relación al dólar: castiga las exportaciones y premia las importaciones. Contrasta con ello el crecimiento del consumo privado, alimentado principalmente por remesas que han estado creciendo a tasas cercanas al 20%.

Segundo, el gasto público no ha contribuido a neutralizar la desaceleración observada. Su ejecución lenta al principio del año se debió a la falta de liquidez, a nuevas autoridades con temor de que desembolsos pudieran ser objeto de acusaciones de corrupción, y a una nueva ley de contrataciones difícil de implementar. Datos recientes sugieren que estos problemas se mantienen en el Ministerio de Comunicaciones: durante el primer semestre de 2016 la proporción del presupuesto que ejecutó (14%) fue menos de la mitad que lo ejecutado (29%) el año pasado. Sin embargo, hubo cierta normalización del gasto público total durante este semestre: su ejecución alcanzó el 40% de lo presupuestado, cercano al promedio de los últimos años (42%).

Tercero, empresas guatemaltecas grandes están reduciendo su nivel de actividad en el país. Un indicador de ello es que en 2016 el crecimiento del crédito bancario en moneda extranjera para el sector privado guatemalteco se desplomó, y actualmente casi no está creciendo. Este tipo de crédito es utilizado principalmente por empresas grandes: el hecho que no lo utilicen sugiere que están reduciendo su nivel de actividad. Aunque las autoridades monetarias impusieron algunas restricciones al acceso a este tipo de crédito internacional, no hay evidencia de que estas empresas acudieran a crédito nacional para sustituir el crédito internacional. Y el crédito en moneda nacional también comenzó a experimentar una desaceleración a partir de mayo. La tasa de crecimiento de todo el crédito está cayendo. Probablemente las grandes empresas están reacomodando sus contabilidades y adoptando una posición de espera ante más exigencias tributarias o frente a posibles sanciones por evasión o financiamiento electoral ilícito, todo ello en un contexto económico poco dinámico.

Puede concluirse que la desaceleración del crecimiento económico, que estaría pasando de una tasa estimada de crecimiento del 3.5% a cerca del 3.0%, sea entonces el efecto de tres factores: la reducción de las exportaciones, un gasto público poco dinámico y el ajuste de grandes empresas ante un orden jurídico más exigente. Esto último tiene cierto costo, especialmente ante una concentración fuerte del poder económico, que hace depender a muchos proveedores y pequeños y medianos empresarios de un número pequeño de grandes empresas. Pero será un costo transitorio. En cambio, las ventajas de contar con un estado de derecho, con reglas bien establecidas, será fuente duradera de menor riesgo y de más inversiones en el futuro. Ojalá sean principalmente inversiones de pequeños y medianos empresarios o de jóvenes emprendedores emergentes, que respeten la ley. Sería el inicio de una transición en el ámbito económico.

fuentesknight@yahoo.com

ESCRITO POR: