CATALEJO

Día con una tríada de hechos históricos

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EL JUEVES 24 DE JUNIO DE 2016 entra a la historia del mundo como una fecha en la cual ocurrieron tres acontecimientos muy distintos, en igual número de diferentes países, de indudables y serias consecuencias, debido a causas distintas. Uno, el empate en la Corte Suprema estadounidense respecto a la situación legal de los indocumentados y los efectos en sus hijos, a causa de la posición antiinmigrante republicana. Dos, el fin de la guerra interna en Colombia, con los acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla. Tres: la salida de Inglaterra de la Unión Europea, con lo cual pudo haberse iniciado un probablemente largo proceso del fin de esta última. A mi juicio, son las 24 horas más importantes por esa impresionante trilogía de hechos.

ESTADOS UNIDOS PARECE haber dejado de ser tierra de inmigrantes porque los jueces actuaron en forma inexplicable dentro de la lógica histórica del país. La responsabilidad inicial recae en los republicanos en el Congreso y en el partido, ahora a punto de división a causa de la reacción electoral de las víctimas de esa decisión. Las próximas elecciones talvez se decidieron ese día, si los hispanoamericanos legales acuden en masa a votar en contra de Trump, símbolo de ese odio a los inmigrantes. Hoy se afianzó un limbo legal para los afectados, pero especialmente para los “dreamers”, es decir los hijos de quienes llegaron desde sus países latinoamericanos en búsqueda del “sueño americano”, y tienen hijos estadounidenses.

COLOMBIA TIENE AHORA la oportunidad de una verdadera paz, no circunscrita al silencio de las armas. Será necesaria mucha madurez de los ciudadanos en cuanto a entender las ventajas de terminar la matanza, y deberán mantenerse firmes para evitar la presencia de oenegés externas, sobre todo europeas, empeñadas en desenterrar dolores —por cualquier motivo— y también para considerar una derrota el hecho de no haberse logrado una victoria militar tradicional. Los ahora exguerrilleros tienen la prueba de fuego de involucrarse a la lucha política e ideológica ajena al asesinato de compatriotas, y aceptar los fácilmente predecibles magros resultados electorales a causa de la votación de jóvenes ajenos a la perversa lógica de toda guerra interna.

LA GRAN BRETAÑA YA comenzó a sufrir las consecuencias. La libra esterlina se devaluó casi 11% en pocas horas; en Irlanda y Escocia los independistas aprovechan para pedir referéndums similares. Los “milennials”, es decir quienes tienen 25 años o menos, se sienten con un futuro cercenado, ante un Reino Unido de hecho tambaleante. En Bruselas, sede de la Unión Europea, comienza a exigirse una salida rápida, no como lo indican los tratados, a fin de detener la posible salida de Holanda y talvez Francia, donde también ha crecido el sentimiento contra la UE. Se le acusa de actuar de espaldas a los pueblos, de reaccionar con lentitud, y de no tener utilidad práctica, por todo lo cual ahora comienza a reinar la incertidumbre a todo nivel.

ESTAR EN EUROPA CUANDO ocurrió esto, ayuda a comprender la magnitud de los retos. España tuvo elecciones ayer y el resultado inglés puede tener efectos en el futuro del país, independientemente del resultado, a causa del posible afianzamiento de las posiciones separatistas de Cataluña y del País Vasco. Por cierto, pude ver muy brevemente centros de votación en Cartagena, con participación tan calmada y serena como en Guatemala. Estas breves líneas sólo pretenden esbozar algo de lo ocurrido el jueves anterior. Las consecuencias de los tres hechos alcanzan a Guatemala, directa o indirectamente, pues el mundo está cada vez más interconectado y ello de hecho confirma la necesidad de unificación, no de separatismos.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.

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