SI ME PERMITE

Donde se estudia es formativo

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“Más que cualquier otra cosa, creo que son nuestras decisiones, no las condiciones de nuestra vida, las que determinan nuestro destino”. Anthony Robbins

Es común preguntarle al que está considerando estudiar dónde le gustaría estudiar. Pero esto no debiera ser cuestión de gusto como prioridad, ni mucho menos por la comodidad. Alguien estudia algo y escoge donde hacerlo primordialmente por lo que quiere aprender. Y hoy día muchos centros ofrecen excelencia, pero muy pocos cumplen ese valor.

También es importante tomar en cuenta la inclinación que el estudiante tiene porque si va a una institución donde las exigencias no son las fortalezas del estudiante, le será muy difícil poder sacar la mejor ventaja. Hay alumnos que pueden madrugar, pero no tienen la disciplina para poner de su parte y sacar el mejor provecho del estudio.

Si por el tiempo que toma para trasladarme a donde estudiaré termino agotado debería pensarlo si no tengo alguna mejor alternativa, o bien cómo puedo hacer para que el tiempo del traslado sea productivo y no agotador y que se torna en una desventaja el lugar donde he escogido para estudiar.

Por eso es necesario evaluar cómo me afecta el traslado, y cómo han sido favorecidos o han aprovechado los que antes estudiaron allí. Al visitar el lugar en tiempo de clases ¿qué atmósfera se respira?, ¿cómo puedo beneficiarme por las facilidades que se ofrecen? y ¿cuáles son las que me ayudarán a alcanzar mis sueños?

Cuando observamos a los que han terminado sus estudios y vemos cómo se desempeñan en la vida en lo que se prepararon vemos que no pesa tanto cuánto tuvieron que gastar sino más bien de que recursos se agenciaron para poder seguir avanzando, entendiendo que el estudio fue uno de los primeros escalones que los permitió formarse para luego funcionar.

En el país hay una diversidad de posibilidades para estudiar y estos días somos bombardeados con publicidad, eso requiere no dejarse atraer al lugar únicamente por los elementos cosméticos del establecimiento ni menos porque algunos los recomiendan por beneficios personales, claro está que tienen razón para hacerlo, pero el que habrá de estudiar tiene que sopesar si los intereses son los mismos y el modo de ver las cosas son iguales.

Quizás haya dos estudiantes que pueden estar sentados en el mismo salón de una institución educativa, pero eso no implica que saldrán igual porque cada uno puso de su parte y tuvo intereses diferentes también. Pero lo importante y valioso es descubrir a qué elementos fueron expuestos ellos y cuánto lo aprovecharon.

Mucho se ha dicho de la educación de Guatemala y claro está mucho se puede hacer para mejorarla a nivel público o privado. Pero definitivamente la diferencia está en cuánto exigen los padres al estudiante que inscribieron en la institución educativa, cuánto el alumno pone de su parte por aprender y no menos importante, qué recursos le rodean para facilitar la educación.

Como educador he notado que no es extraño ver estudiantes con uniforme y libros al hombro estar deambulando en las calles en horas de estudio. No obstante, sabemos que la formación no consiste en el uniforme o los libros. La diferencia está cuánto se deja guiar y orientar para su formación y si está con los medios correctos para alcanzar a las metas para las cuales fue inscrito.

Nuestra sociedad y el medio en que nos movemos nos está retando a ser cada vez mejores y así poder competir con capacidad y con habilidad de lograr metas bien trazadas de antemano, para llenar los vacíos que están en nuestro medio.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.

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