LIBERAL SIN NEO

El Brexit

Para cuando se esté secando la tinta de esta columna, los británicos estarán acudiendo a las urnas para votar sobre la decisión de salirse o permanecer en la Unión Europea. El referendo sobre la Unión Europea, conocido como Brexit, el 23 de junio, ofrece la opción de votar por quedarse (remain) o retirase (leave). Esta será una decisión de importancia y trascendencia, que ha despertado fuertes pasiones y confrontaciones políticas y mediáticas. Considero que los dados están fuertemente cargados a favor de quedarse; sería un singular acto de coraje y valor que triunfara el retirarse. Como estudioso e interesado en las mareas y corrientes de los asuntos del mundo, me inclino por retirarse. En mi opinión, al Reino Unido le conviene tomar esta gran oportunidad para desenredarse de esta organización estatista supranacional.

En las encuestas de las últimas semanas, la inclinación por retirarse cobraba fuerza; faltando apenas días para el referendo, quedarse ha repuntado. La posición de quedarse en la Unión Europea cuenta con el vigoroso apoyo del primer ministro David Cameron, del partido conservador en el poder, así como del principal partido de oposición, el Laborista. La mayoría de la prensa británica, el Banco de Inglaterra, 10 premios Nobel de Economía, muchos académicos y hasta la Premier League de fútbol han expresado la opinión de que al Reino Unido le conviene quedarse. Barack Obama, en calidad de shute, ha intervenido activamente a favor de quedarse, junto con la mayoría de jefes de gobierno de los países miembros de la Unión Europea.

Una de las figuras más prominentes que apoyan la salida del Reino Unido de la Unión Europea es el exalcalde de Londres Boris Johnson, además de Nigel Farage, del Partido Independentista UK y unos pocos medios y periodistas. Aunque el Palacio de Buckingham lo ha negado, corre el rumor de que la reina Isabel II prefiere retirarse.

El debate entre quedarse o retirarse se ha centrado en argumentos económicos. Quienes no quieren que el Reino Unido se retire pintan un futuro apocalíptico de fuerte caída en el PIB, devaluación, desempleo explosivo y crisis. El equipo del retirase teme que el Reino Unido se verá irremediablemente arrastrado a ser parte de la creciente regulación y estatización mandada por la burocracia desenfrenada de la Unión. Consideran que el Reino Unido puede negociar tratados de comercio sin necesidad de ceder su independencia política y obedecer lo que manda un juez en Luxemburgo. La migración es otro tema central. Quienes favorecen retirarse ven con preocupación que su política migratoria sea decidida en Berlín, París y Bruselas, y no en Londres. Entre otras cosas, esto ha llevado a la oficialista porra del quedarse a rotular a los apoyadores del retirarse de xenofóbicos y reaccionarios.

Confieso que mi opinión a favor del Brexit, retirarse, está coloreada por otros matices. Me inclino por la tradición liberal de John Locke, Bernard de Mandeville y David Hume, el pensamiento de Josiah Tucker, Adam Ferguson, Adam Smith y Edmund Burke, y filósofos políticos posteriores, como Alexis de Toqueville y Lord Acton. Parafraseando a Hayek, este es el “verdadero” pensamiento liberal, en contraste al “falso”, representado por Saint Simón, el racionalismo constructivista de Descartes, Rousseau y los enciclopedistas. Es un contraste entre los ideales y tradiciones que produjeron la Revolución Inglesa, enfocada en la libertad, por una parte, y la Revolución Francesa, acarreada hacia la igualdad, por otra. Para mí, esto es lo que está en juego en el referendo sobre el Brexit.

fritzmthomas@gmail.com
 

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).