REGISTRO AKÁSICO

La ciudad de Dios

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¿Podemos vivir en una ciudad plena de justicia, sin degradación y con grandeza? Para San Agustín es imposible, salvo después del juicio final. De manera similar, un comentarista afirma que los corruptos no se acabarán nunca. Todavía más, que una potencia geopolítica buscó colocar a “corruptos decentes” para reforzar el neoliberalismo, a través de una táctica de movilización social acompañada de acciones de la Cicig y del MP.

San Agustín estaba sorprendido por la toma de Roma por Alarico I, lo que presumía era el fin de la civilización. Pasmado por las movilizaciones del año pasado, el columnista supone una torva táctica que manipula a masas ignaras y desinformadas.

Fuera del sugerente paralelismo, el asunto de fondo es importante. Primero, la actuación del MP auxiliado por una comisión internacional es necesaria para la democracia. Segundo, aunque se puede conceder que tiene sus falsos santos y algunos sofistas, no se puede deslegitimar la persecución penal que apura con alguna improvisación y yerros; bajo el argumento de que no instala una nueva sociedad plena de justicia.

La persecución penal razona viciosamente cuando afirma que no hay libertad de entregar dinero propio para evitar complicaciones futuras. Algo parecido a ceder ante los mareros. Cuando Flavio Montenegro regaló US$50 mil a la diabólica pareja que se perfilaba al Ejecutivo, no lo condicionó a gasto electoral oculto del Tribunal Supremo Electoral. Al contrario, sabía que se gastaría en una caminata al estilo de Pretty Woman, en la quinta avenida de Nueva York, para que la dama estuviera presentable, con joyas y anillos, en sus actuaciones políticas. Otros regalaron dinero mal habido.

En fin, un caso, no anula la persecución de una veintena de actuaciones deleznables que degradan a la política. Algunas equivocaciones son posibles, pero no puede invalidarse que la Ley Electoral se violó en la mayoría de sindicaciones, pues la ciudadanía es testigo del desaforado gasto para una manipulación obvia del proceso electoral, confiado a la esposa del general Letona Hora. De lo cual, nadie daba cuenta, en aquellas fechas.

Así mismo, debe desecharse una explicación que la liga a intereses geopolíticos que persiguen fines intervencionistas. La acusación abstracta no vale; se debe señalar en concreto a empresas comparables a la UFCO u otra que desea manipular la política en su beneficio, bajo amparo de la embajada americana. Eso ocurrió en el siglo pasado, solo los viejos creen que se mantiene, en la segunda década del siglo XXI.

La desaparición de la corrupción y fundar una sociedad ideal es un anhelo de puritanos desubicados. San Agustín indicó que la adoración de los falsos dioses estará presente en esta vida. La idolatría de la diosa del dinero, Caishen, dicen los chinos, no se terminará en la sociedad mientras el capitalismo se mantenga.

La alternativa todavía no ha sido definida, aun con revoluciones triunfantes o movimientos populares en los gobiernos. La izquierda de este siglo sostiene que una democracia radical es el mejor camino para la expresión de las masas populares, antes que la dictadura del proletariado, que terminó en muchos fracasos y traiciones.

Norberto Bobbio, en La democracia y el poder invisible, lo señala con claridad meridiana. La función de un gobierno democrático es actuar políticamente para disminuir el peso de los sectores oscuros del poder económico, con respeto de las garantías del debido proceso y la presunción de inocencia. La asociación ilícita ocurre porque ocupa áreas económicas funcionales para determinados ciudadanos.

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ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.