DESDE GINEBRA

La era digital

Eduardo Sperisen

|

La economía digital, también llamada economía de la información, se refiere a una economía basada en tecnologías informáticas digitales, derivada de la creciente interconexión de personas, organizaciones y máquinas, a través de internet, la tecnología móvil y el internet de las cosas.

La economía digital fue descrita originalmente por Don Tapscott en 1995, en el libro titulado La Economía Digital: Promesa y peligro en la Era de la Inteligencia en redes, en el que mostró cómo internet transformaría la forma de hacer negocios.

De acuerdo con un informe realizado por la Cepal, la economía digital está constituida por la infraestructura de telecomunicaciones, las industrias de software, hardware y servicios llamados TIC y la red de actividades económicas y sociales facilitadas por internet, la computación en la nube y las redes móviles, las sociales y de sensores remotos.

Una muestra clara del gran crecimiento de la economía digital es el peso creciente del comercio electrónico. Según cifras publicadas por la Unctad el pasado mes de abril, el comercio electrónico a escala global supera los US$22 trillones. Esta cifra demuestra claramente la transformación de la economía mundial en las últimas dos décadas y el paso inevitable de la economía física a la era digital.

Este nuevo contexto ha contribuido al cambio de la forma de vida, de relación, de consumo y de hacer negocios. Lo que tocamos, decimos o hacemos genera datos, con dispositivos, sistemas, servicios, personas y empresas que interactúan entre sí, en un universo hiperconectado.

Generalmente los cambios de paradigma crean riqueza, pero también conllevan la desaparición de algunas actividades económicas. La velocidad con la que avanzan y se profundizan la tecnología y la digitalización en el siglo XXI, en el marco de la globalización y del sistema económico multilateral de comercio surgido después de la Segunda Guerra Mundial, hacen a veces complejo comprender todos estos cambios.

Uno de los principales retos que se presentan a corto plazo se refiere al mercado laboral. El avance tecnológico y la automatización han afectado ya diversos sectores de la economía. Como respuesta a este fenómeno, se observan ya a las autoridades de ciertos países interesadas en implementar medidas proteccionistas, imponer penalizaciones por deslocalizar la actividad industrial y otorgar subvenciones o deducciones fiscales. Sin embargo, dichas fórmulas se han intentado sin éxito en el pasado. Los aranceles a la importación de bienes que amenazan algunos políticos a productos extranjeros generaran una guerra comercial que solo provocará represalias.

Es importante, por ende, pensar de manera positiva y aprovechar al máximo los beneficios que conlleva la economía digital. La creación de nuevos empleos dependerá mucho de la capacidad de adaptación de los sectores público y privado. Expertos calculan que hay 4,9 billones de objetos conectados a internet, y se pronostica que la cifra ascenderá a 50 billones en los próximos años.

De igual forma, será un reto importante definir a escala nacional y multilateral los aspectos regulatorios necesarios para mejorar la confianza de los consumidores en línea, fortalecer los sistemas de pago electrónico y evitar los delitos cibernéticos, entre otros. Será también esencial encontrar vías para reducir la brecha digital entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Esto requerirá importantes mejoras en la infraestructura de telecomunicaciones y la implementación plena de medidas sobre facilitación del comercio, entre otros.

esperisen@gmail.com

ESCRITO POR: