CON NOMBRE PROPIO

La espalda a los migrantes

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Guatemala es un país de migrantes y no hay que escribir mucho para concluir en eso, hemos dado la espalda a los problemas sociales por años y muchísima gente no encuentra ni un atisbo de esperanza en estos suelos. Niños salen todos los días, solos o acompañados, hacia el norte a buscar por lo menos esa porción de esperanza que representa el chance para optar a un mejor futuro.

El flujo de guatemaltecos, legal e ilegal, hacia EE. UU. no parará en buena cantidad de años si no decidimos tocar temas estructurales, y esto parece que no es parte de ninguna agenda nacional. La coyuntura se come todos los esfuerzos y es la misma coyuntura la que marca la agenda legislativa, ejecutiva y judicial.

¿Quién en el país encara los problemas de los migrantes? La migración es un fenómeno humano y la historia enseña que así nos hemos comportado desde que habitamos el planeta. Concebir como receta para parar la decisión de migrar un muro o un cerco no solo es un absurdo monumental sino sobre todo encara, de nuevo, dar la espalda a los miles de compatriotas que salieron del país.

En Estados Unidos se decidirá el cambio de presidente y de buena parte de sus legisladores en noviembre, el debate migratorio es parte esencial de la discusión política que se tiene por aquellas latitudes y preocupa la ausencia de un planteamiento coherente y serio por nuestro país. En México, para comparar las situaciones, su presidente, sus autoridades diplomáticas y consulares han tenido que dar mensajes institucionales importantes. Esto está muy lejano de suceder en nuestro servicio exterior.

En el tema de la migración no se trata de demócratas y republicanos, sino que existen dos posturas que encierran a los guatemaltecos a tener que ser solidarios y claros frente a la amenaza de criminalización de la migración que representa Trump y sus huestes, y poco es relevante si se es de izquierda o derecha porque, primero, ninguno de los guatemaltecos puede votar allá, y segundo, cada país es responsable de su gobierno. Así que los Estados Unidos, por lo menos, gane quien gane, debe encontrar países con un mensaje único y claro, porque tener migrantes no es sinónimo de enviar criminales como algunos, con todo el dolo del mundo, quieren hacerlo ver.

El diputado Fernando Linares Beltranena, del PAN, entusiasmado subió fotos a su cuenta de tuiter cuando era invitado a la Convención Republicana y luego, en Emisoras Unidas, manifestó estar de acuerdo con la política migratoria que se promueve por ese candidato presidencial “porque toda migración debe ser legal”. Esta última sentencia son letras que evidencian un cinismo descomunal frente al fenómeno migratorio. La gente se va porque no tiene qué comer y punto. Con visa o sin ella se buscarán siempre nuevos horizontes porque es un tema de supervivencia.

Es lógico que un país debe promover la migración legal, es lógico que todo debe ser encuadrado en la ley, pero también lo es pensar que quien decide migrar y pone su vida en riesgo, camina desiertos, sube en techos de trenes, deambula bosques y por fin llega a un país que le es totalmente ajeno es por asunto de conservación.

Miles de padres y madres han dejado atrás a sus hijos y hacen todo su esfuerzo para que vivan mejor en nuestra tierra. Duele que un legislador nacional tenga la postura de darle la espalda a miles de guatemaltecos migrantes y “que no están legal” en Estados Unidos, duele porque de seguro este dignatario representa un electorado que piensa como él y que dibuja un país egoísta, engreído pero sobre todo soberbio.

@Alex_balsells

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.

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