IDEAS

La hipocresía de los Fidelievers

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La muerte del dictador de Cuba ha despertado muchísimas pasiones. Hay muchos que lo defienden a capa y espada y quienes lo acusan por los muchos crímenes que cometió. La evidencia muestra que cometió muchos crímenes y arruinó la vida de millones de personas y que lamentablemente nunca pagó la culpa por dichas trasgresiones, pero para mí lo más importante es que, a diferencia de sus defensores, considero que ningún supuesto “logro” justifica un gobierno autoritario que viola la libertad de las personas y se mantiene con el poder absoluto por más de medio siglo. Simplemente, no comparto que los fines justifiquen los medios.

Me llama la atención que personas que en otras circunstancias se rasgan las vestiduras ante cualquier acción que consideren violatoria de la “democracia”, en el caso particular de Cuba les importan un comino violaciones mucho peores. También hay quienes se pasan la vida expresando su desdén por los militares, pero en el caso de la isla, adoran la dictadura militar impuesta por la fuerza de las armas.

Muchos otros dicen defender la libertad de expresión, pero no les importa —se hacen de la vista gorda o incluso hasta justifican— que en la dictadura del Caribe se persiga, arreste y hasta torture a aquellos que osan siquiera hablar algo en contra del régimen. Y para quien no lo quiera creer, apenas unas horas después de la muerte del dictador, el grafitero Danilo Maldonado —El Sexto— fue arrestado, vapuleado y llevado a la cárcel para presos “políticos” sin que hasta la fecha el gobierno diga nada sobre su arresto.

Lo peor de todo es que justifican eso y mucho más bajo la excusa de los “logros” de la dictadura. No importa que no haya “democracia” –mucho menos una república—, no importa que se persiga a los opositores, no importan las muertes, los asesinatos; no importa que la gente no tenga libertad, no importa que no se respeten los derechos humanos de los cubanos; nada importa con tal de justificar los supuestos “logros de la revolución”.

La mayoría de los mal llamados “logros” realmente no lo son, simplemente son parte de la propaganda del régimen; pero aun si lo fueran, aun si la isla realmente fuera un paraíso —y no me refiero a la belleza natural—, aun así, considero que el fin no justifica los medios y que, si tal paraíso existiese, a expensas de la libertad y los derechos individuales, este no se justificaría.

Una de las mejores pruebas sobre la propaganda es que no sé de ningún migrante —especialmente entre los pobres— que arriesgue la vida por llegar a la isla. ¿Por qué tantos arriesgan la vida por llegar al infierno capitalista y no al paraíso de los trabajadores? De seguro algo saben los que votan con sus pies. Y eso sin mencionar que durante casi toda la dictadura se ha prohibido a la gente salir de ella y a los pocos que se les dejaba salir les mantenían de rehenes a sus familiares para que no osaran escapar.

Lo que me lleva a preguntarme, quienes defienden a la dictadura pero dicen defender la “democracia” y los derechos humanos, ¿solo son inconsistentes o son hipócritas? El discurso de respeto a los derechos humanos que tanto esgrimen, ¿es solo una fachada para llegar al poder y cuando lleguen se quitarán la máscara e implantarán una dictadura autoritaria semejante a la que tanto adoran? ¿Son simplemente lobos autoritarios con piel de oveja democrática? De otra manera, no entiendo esa contradicción. ¿Usted qué piensa?

Fb/jjliber

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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