LIBERAL SIN NEO

Ocho años fueron suficientes

Mañana, viernes 20, es el último día de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos de América. Será una entrega del poder, una transición, pacífica, ordenada y legal, como lo ha sido por más de dos siglos. Un artículo de Peter Wehner en el New York Times, medio que ha sido gran hincha y adulador de Obama, se titula “Ocho fueron suficientes”, refiriéndose a los dos períodos de su presidencia. Por ser el primer presidente negro, o afroamericano, Obama representa un hito en la historia. Pienso que ese fue su principal, sino único, logro, y que será principalmente por eso que lo recuerde la historia. No contribuyó mayormente a “sanar” las relaciones raciales en EE. UU.; por el contrario.

Obama escogió ser identificado como negro o afroamericano. Su madre, Ann Dunham, de Wichita, Kansas, era blanca, y su padre, Barack Obama, provenía de Kenya, África. Barack Obama es Afroamericano en el sentido literal, fruto de la unión entre una mujer americana y un hombre africano, pero no es descendiente de negros americanos y menos de esclavos negros americanos. No utilizó su condición de presidente y su identidad para pregonar: “véanme, un afroamericano de raíces relativamente humildes, como un ejemplo de hasta dónde puedes llegar en esta sociedad, independientemente de tu raza o condición económica”. Por el contrario, a pesar de su promesa de ser un gran sanador, más bien le dio oxígeno a las tensiones raciales. Una gran oportunidad desperdiciada.

Bajo el gobierno de Obama, la deuda pública aumentó de manera dramática. Cuando asumió la presidencia, la deuda del Gobierno de los EE. UU. era de US$10.6 trillones; hoy se sitúa en US$19.8 trillones, un incremento de 87% en ocho años, casi duplicando la deuda total acumulada por todos los presidentes en más de dos siglos. A mi juicio, el monto de la deuda pública representa una de las principales amenazas que enfrenta Estados Unidos, como economía y como país.

La tasa de desempleo se ha reducido bajo Obama, a poco menos de 5%, que está por debajo de la media histórica. Pero esta estadística es engañosa porque se ha reducido la participación laboral, la cantidad de personas trabajando como porcentaje de la población con capacidad de trabajar. Esto significa que muchas más personas simplemente ya no trabajan ni buscan empleo, lo que contribuye a disminuir el “desempleo”. Esta estadística también debe examinarse en otro contexto; en los últimos diez años, la cantidad de personas recibiendo asistencia alimenticia del gobierno federal aumentó en 78%. Los niveles de pobreza aumentaron y los salarios se estancaron. El ingreso promedio de la población Afroamericana disminuyó. Durante el mandato de Obama, la economía estadounidense creció en promedio 2% anual y es el único presidente en memoria reciente que no tuvo ni un año de crecimiento de por lo menos 3% durante su mandato. Economía estable, pero anémica, principalmente debido a aumentos en los impuestos y la ráfaga de regulaciones, obstáculos y prohibiciones introducidas por su gobierno. Durante su presidencia se ha reducido el prestigio, la potencia y el poder internacional de los Estados Unidos. En el ámbito político, su partido, el Demócrata, se ha debilitado considerablemente.

Obama es un tipo decente, llevó el manto del poder con dignidad y su administración no se vio envuelta en escándalos personales o corrupción. Dio muestras de ser un buen hombre de familia, buen padre y esposo. Con todo a su favor, tuvo una gran oportunidad, pero fue mal gobernante.

fritzmthomas@gmail.com

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

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