EDITORIAL

Ojos vigilantes

Las penurias de Guatemala no se restringen solo a lo político ni al combate de la corrupción, mucho menos que la búsqueda de soluciones a esos rezagos quede solo en manos de autoridades guatemaltecas, sino que en muchas áreas la ayuda internacional es crucial para dar pasos hacia adelante, no solo en seguridad y fortalecimiento del sector justicia.

Una de estas iniciativas, que avanza por una ruta muy diferente a la actual coyuntura, es el impulso y respaldo del Gobierno de Gran Bretaña a un proyecto de monitoreo y protección de la Reserva de la Biosfera Maya, considerada el segundo pulmón de Latinoamérica, después de la Amazonía, lo cual es mucho decir para un trozo de territorio guatemalteco marcado por el abandono.

En esa extensa región de Petén es donde más débil se presenta la institucionalidad, pero con el Proyecto de Manejo y Protección Forestal se busca con la implementación de moderna tecnología satelital monitorear cualquier variación en los suelos, dentro de lo cual no solo está la vigilancia de la preservación de esa reserva, sino también auxiliar a las autoridades con moderna tecnología para monitorear otros ilícitos.

Desde el 2016 se puso en marcha un ambicioso proyecto, con una inversión de alrededor de 50 millones de quetzales para monitorear los bosques petenero y de las Verapaces, con el auxilio de varios satélites que pondrán al alcance de las autoridades imágenes de mucho de lo que ocurre en esa región.

Además de coadyuvar en tareas agroforestales, también será inevitable que los monitoreos permitan tener información de una variedad de hechos ilícitos que se cometen en una región en un profundo abandono, por la extensión, lejanía y venalidad de quienes deben combatir tráfico de estupefacientes, de personas y de materias primas, por ser esta una extensa zona difícil de cubrir con recursos humanos.

Aunque los objetivos principales están dirigidos a mantener una vigilancia permanente sobre variaciones en el suelo y el cambio climático, la información también permitirá tener cobertura de otros incidentes que son cruciales para la gobernabilidad y la preservación de una región fundamental para la sostenibilidad ambiental.

Un tema poco atendido por las instituciones nacionales es el combate de los delitos ambientales, los cuales con ese proyecto, que está diseñado para durar tres años, podría ofrecer valiosa y abundante información a las autoridades para fortalecer la investigación y persecución criminal de delitos patrimoniales y ambientales, pero también del creciente narcotráfico en esa región, el cual se mezcla con la narcoganadería.

Si el proyecto tiene éxito, Guatemala puede dar un paso vital en la preservación ambiental, pero también en el conocimiento sistematizado de actividades ilícitas en una región que tiene muy poco de área protegida, al extremo de que hoy en día se irrespetan las consideradas áreas núcleo, donde no debe existir ninguna actividad humana, mucho menos habitacional, para la preservación de la fauna y la flora, y por el importante papel que esa región representa en el cambio climático.

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