HAGAMOS LA DIFERENCIA

Operación sonrisa

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Tuve la oportunidad de conversar con Mónica María González, directora ejecutiva de Operación Sonrisa, quién con mucho entusiasmo me mostró el proyecto que desde hace siete años desarrollan en Guatemala: trabajar con personas con labio fisurado y paladar hendido, a quienes se les brinda un tratamiento multidisciplinario, seguro, gratuito y especializado, así como esperanza y transformación para el niño y su familia. Está dirigido a personas de escasos recursos. El proyecto está presente en 60 países, pero me llamó mucho la atención que, en cada una de las sedes, la fundación debe gestionar sus propios recursos. Podríamos pensar que por ser una institución internacional y de alcance global, los recursos están asegurados, pero no es así, la fundación además de su trabajo operativo, debe buscar su propio financiamiento.

¿Cómo trabaja la fundación? El trabajo más visible y de impacto son las cirugías reconstructivas, que realizan médicos nacionales e internacionales quienes donan su tiempo, conocimientos y destrezas. De momento se efectúan dos al año, en el mes de mayo y en septiembre, pero están planificando hacer cirugías a lo largo del año. Este año, la de mayo, se llevará a cabo en Retalhuleu. También existe una clínica de atención continua en el hospital Juan Pablo II, donde se brinda tratamiento gratuito y especializado pre y postoperatorio, que funciona martes, jueves y viernes, con apoyo de un equipo multidisciplinario voluntario de guatemaltecos que donan su tiempo y conocimientos. El equipo está conformado por odontólogos, nutricionistas, pediatras, psicólogos y terapeutas de lenguaje. La fundación además capacita al equipo médico para que realice un trabajo con altos estándares de calidad estomatológicos.

Hasta el 2017 la Fundación ha hecho 780 cirugías, cantidad que aunque considerable, dista mucho aún de cubrir el problema existente, pues los cálculos indican que en Guatemala están naciendo con este problema dos niños diarios. Uno de cada 500 niños nacen con el problema y uno de cada diez muere antes de su primer año de vida por desnutrición y otras complicaciones.

El labio y/o paladar hendido son aberturas en el labio, paladar o tejido blando de la parte de arriba de la boca, que puede estar acompañado por abertura en los huesos de la mandíbula y/o encía superior. Si el bebé no es atendido, tendrá dificultad para comer, se ahogará y presentará congestión pulmonar. Además pierde peso, bajaran sus defensas y estará más propenso a infecciones. Lo ideal es que sea referido al nacer para hacer un tratamiento integral preoperatorio durante seis meses, que incluye: prótesis obturadora, nutrición, pediatría psicológica y terapia del lenguaje. Al realizar esto asegura una cirugía exitosa. Se realiza una cirugía de labio fisurado a los 6 meses, una de paladar al año y medio o dos y, de ser necesaria una cirugía de injerto óseo a los siete años.

Además del niño, los papás, especialmente la mamá sufren con el problema debido al rechazo de la sociedad y de familiares al ver al niño con el problema, echándoles la culpa de lo sucedido. Las causas pueden ser diversas, entre ellas el factor genético, fumar, consumir alcohol o cualquier otra droga. Consumir maíz contaminado con moho puede también provocar el problema, así como la deficiencia de ácido fólico.

Si usted quiere colaborar puede contactar por el número 5350-5765, las opciones son apadrinar un niño, hacer voluntariado médico, empresarial o estudiantil, o colaborar con marketing empresarial. El siguiente enlace muestra la misión 2017: www.youtube.com/watch?v=TQ_gqs5mIGU Fuente: Operación Sonrisa.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.