LA ERA DEL FAUNO

Primer año de gobierno, faltan 3

Juan Carlos Lemus @juanlemus9

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Refrán veraz es aquel que dice: “En río revuelto, ganancia de criminales”. O algo así. Las manifestaciones de 2015 en la Plaza de la Constitución y en los parques centrales de algunos departamentos dieron pie a la esperanza. Las investigaciones de la Cicig y del MP, que llevaron a la destitución o renuncia forzada de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, agrietaron las puertas hasta entonces selladas del crimen. Al mismo tiempo surgió, en muchas personas, la ilusión de que en Guatemala había acontecido un cambio instantáneo. Aquello no les pareció el principio, sino el final de un proceso. A dicha ingenuidad se sumaron el desgaste y la fiesta, el descrédito de las grandes luchas, la calumnia y falta de comprensión de las culturas manifestantes de un país desarticulado y en permanente desconfianza como es el nuestro. Ante eso, hubo quienes vieron la oportunidad de fabricar un líder instantáneo, enlatado, uno popular que aparentase buenas maneras y mucha disposición.

Se necesitaba un presidente de a sombrero, un arlequín con piel de oveja. Hecho el traje a la medida para el cómico Jimmy Morales, comenzó a repetir aquello de “Ni corrupto ni ladrón”, “Sanaré tus heridas”, “Una nueva política frente a la vieja política”. Besó la mano a los medios de comunicación, bailó en la esquina con un acordeón y cuando sentimos era el presidente de uno de los países más empobrecidos de América y del mundo.

El diseño fue concebido en un lugar cuya nueva fachada ocultaba una vieja estructura, igual a esos sitios del Centro Histórico que por fuera tienen aspecto neoclásico y por dentro son parqueos polvorientos. FCN-Nación, no menos peligrosa que la Línea y sus derivados, fue destinada a cooptar técnicamente un Estado de Guatemala que estaba en ciernes de corregir su rumbo. Aquel simpático y a ratos abusivo candidato Morales ganó la presidencia con más de dos millones de votos.

A partir de sus primeros días, el sanador de heridas apareció con el rostro cada vez más descompuesto por nuevos escándalos. Los periodistas, antes garantes, testigos, fiscalizadores, amigos, recibieron gas pimienta y desatención. El Gran Masturbador de Dalí pronto demostró estar comprometido hasta el rabo. Como secretario general de FCN-Nación, en campaña, aseguró que su partido no aceptaría diputados tránsfugas. Y fue lo primero que hicieron con la bendición de Jimmy, ya presidente, aumentando, con diputados procreados en la banda PP y Líder, la condición de FCN-Nación como bancada de la corrupción.

Morales influyó en la elección del nuevo presidente del Congreso, Óscar Chinchilla, quien negó haberse reunido con él, pero autoridades de la SAAS revelaron que tuvieron un encuentro en Casa Presidencial, tres días antes de que Chinchilla fuera electo. Esa interferencia de poderes, una de las muchas, prolonga el crimen en este país que no sale de su asombro: cómo es posible que habiendo la Cicig y el MP desestructurado una banda criminal dentro del Estado, ahora se rehaga una versión “legal”. La respuesta es que Jimmy Morales, quien pudo dar continuidad a una nueva era de justicia para el país, llegó precisamente para frenarla, para recuperar los espacios perdidos y devolvérselo a las fuerzas criminales que siguen pululando en Casa Presidencial.

En un año de gobierno, Jimmy aburrió niños, se hizo famoso por sus juras a la bandera, bailó, marchó, mintió, lloró, se contradijo. Pero todo eso es apenas pintoresco, frutos para un coctel de burla. El verdadero crimen es la reducción de las luchas populares a nomás que una escalera para encaramarse a un puesto.

@juanlemus9

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