IDEAS

Quién tuviera una bola de cristal

De seguro casi todos quisiéramos tener una mitológica bola de cristal que nos anticipara el futuro, pero mientras no se descubra cómo viajar en el tiempo —cosa que yo, por muy amante de la ciencia ficción que sea, considero una imposibilidad material—, lo más que podemos hacer es pronosticar —realizar una apuesta “informada”— qué cosas pueden suceder más adelante. Me atrevo aquí a hacer algunos pronósticos de lo que probablemente sucederá este año.

Jimmy Morales continuará como presidente, indistintamente de lo malo o bueno que sea su gobierno. Digo esto porque casi desde que empezó su administración ha habido apuestas de cuánto tiempo durará en el cargo.

De hecho, las apuestas el año pasado se centraban en si llegaría o no a fin de año. Esto no implica que lo va a tener fácil ni que su nivel de aceptación vaya a subir. Lo que sí es seguro es que será un año de muchos memes burlándose del presidente.

Conoceremos más casos de corrupción y espero que se empiece a perseguir la corrupción en la actual administración. Lo que no creo que veamos este año es la conclusión de alguno de los grandes casos.

Los juicios serán largos y deberemos armarnos de paciencia. Las condenas probablemente las veremos hasta el año entrante.

En el Congreso, muchos diputados intentarán regresar a prácticas corruptas pero la ciudadanía ejercerá presión para evitarlo. Habrá más antejuicios contra diputados. Pasarán las reformas constitucionales, pero estas, si llevan el componente del derecho indígena, serán rechazadas en la consulta popular.

El índice de muertes violentas continuará bajando, pero la percepción de inseguridad se mantendrá.

La economía en Guatemala mejorará, aunque no a los niveles deseables, a pesar de los intentos del gobierno y de los grupos de presión antidesarrollo por evitarlo. Las remesas continuarán creciendo, aunque quizá no al mismo ritmo de los años anteriores.

A nivel internacional, el suceso más importante será la administración de Donald Trump. Aquí no hay apuesta informada que valga porque Trump es demasiado imprevisible; sin embargo, me atrevo a decir que no se va a dar la expulsión masiva de indocumentados que algunos temen, sino que seguirá a un ritmo similar al que se dio durante la administración de Obama. Su conflicto con China opacará todos los demás temas internacionales. La economía en Estados Unidos crecerá a un ritmo mayor, especialmente si Trump logra su propósito de reducir los impuestos.

En casi todos los procesos electorales que se realizarán este año, la ciudadanía tenderá a dejar las opciones de la “izquierda tradicional” y se decantará por opciones más conservadoras o de la “derecha”. El único gobierno que tendrá continuidad será el de Ángela Merkel, en Alemania, que ganará las elecciones para su cuarto período.

La Unión Europea continuará su inexorable proceso de deterioro. El Reino Unido iniciará el proceso del Brexit. Irónicamente, Merkel, que tuvo gran responsabilidad en la crisis de los refugiados que a su vez fue la gota que rebalsó el vaso, quizá sea la única capaz de lograr mantener viva la UE.

La guerra en Siria continuará. El Estado Islámico continuará promoviendo el terrorismo mientras se reduce su control geográfico.

Putin, envalentonado, hará intentos por incrementar su poder sobre las antiguas “repúblicas” socialistas y desafiará a la Otán.

Venezuela continuará en su espiral infernal de la mano del testarudo Maduro. Lamentablemente, los únicos desenlaces posibles serán el infierno o la guerra civil.

¿Cuáles son sus pronósticos para este año?

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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