EDITORIAL

Reconocimiento a genuino esfuerzo

Alemania se ha sumado a los países que muestran su satisfacción por la prórroga del mandato de Iván Velásquez al frente de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala y ha sido el embajador acreditado en el país, Harald Klein, quien no solo ha felicitado al comisionado, sino que ha hecho el anuncio de un nuevo aporte de casi tres millones de quetzales para que no desmaye en la lucha contra la impunidad y la corrupción.

En los nueve años de existencia de la Cicig, Alemania ha aportado para esta misión unos tres millones de dólares, en una clara muestra de cómo la comunidad internacional respalda esa batalla, la cual todavía está lejos de constituir un poderoso mensaje para disuadir a las mafias y sus corifeos de la imprudencia de continuar por el mismo rumbo.

La máxima representante del sistema de Naciones Unidas en Guatemala, Rebeca Arias, agradeció ese nuevo aporte, no sin antes destacar la importancia de contar con un sistema de justicia más eficiente, que sea capaz de detener a quienes delinquen, pero también a los que se benefician de la corrupción. Quizá le faltó agregar a quienes la toleran o la ven como algo normal.

El diplomático alemán insistió en que su país está comprometido en la lucha contra la impunidad y el fortalecimiento del sistema de justicia, por lo que mostró su complacencia por la prórroga del mandato del actual comisionado, pues considera que Guatemala tiene un enorme reto por delante, como emprender reformas para fortalecer al sistema de justicia y sobre todo al MP, que todavía tiene una presencia insuficiente en varios departamentos, y también para alcanzar una mejor coordinación con otros órganos del Estado y la sociedad civil, a fin de perseguir de manera certera a todos los evasores.

Uno de los mayores riesgos de las palabras del embajador es que no encuentren eco y que mucho del terreno recorrido se pueda perder, pues como lo advirtió el comisionado Velásquez, Guatemala está a punto de poner a prueba la fortaleza o debilidad de lo alcanzado hasta ahora con la siguiente elección de Fiscal General, pues él considera que el crimen organizado estaría moviendo sus piezas para arrebatarle su independencia al MP.

Eso no suena extraño y se complementa con el silencio cómplice de sectores gubernamentales y de otras figuras relevantes de la vida nacional que quizá más temprano que tarde lamentarán haber cedido ese privilegiado esfuerzo a las mafias que se resisten a desaparecer y que, por el contrario, están derrochando recursos en forma infame para poner zancadilla a la lucha por el fortalecimiento institucional.

Se equivocan quienes apuestan y malgastan dinero para entorpecer el fortalecimiento y la independencia del sistema de justicia, porque el reclamo por este y otros temas por parte de la comunidad internacional no cederá en el corto plazo.

Mucho menos se apagarán esas voces cuando ni siquiera somos capaces de generar los recursos necesarios para prescindir de la solidaridad internacional o de poder emprender en forma independiente el combate de las estructuras criminales que pululan en las esferas de poder, las únicas que presumen de independencia y soberanía.

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