EDITORIAL

Reconocimiento a un gran esfuerzo

En el marco de la celebración de un nuevo Día Internacional contra la Corrupción, ayer el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, felicitó a la fiscal general, Thelma Aldana, en una clara muestra de que Guatemala ha hecho esfuerzos meritorios para estar entre los países que más se han empeñado en combatir ese flagelo de nocivas consecuencias.

En un acto celebrado en Viena, Austria, la fiscal guatemalteca recibió el premio Jeque Tamim Bin Hamad, que la ONU otorga a quienes como logros de vida han mostrado una actitud inconfundible en la lucha contra una práctica oprobiosa que roba oportunidades a millones de personas, pero principalmente a quienes más necesitan ayuda.

Un reconocimiento más que merecido para la actual jefa del Ministerio Público, por ser una de las figuras más visibles de un esfuerzo en el que participan numerosas personas, quienes desde diversas instancias también han hecho un valioso aporte en ponerle freno a las distintas estructuras clandestinas que desde hace muchos años se encuentran incrustadas en dependencias públicas.

Otra de las figuras relevantes en ese esfuerzo es el colombiano Iván Velásquez, quien como jefe de la Cicig ha hecho un inmenso aporte en la lucha contra la corrupción y es quien más claramente se ha esforzado porque en esta labor se sume la sociedad, porque es la que más puede incidir en una transformación del ejercicio público para desterrar la visión del enriquecimiento inmoral fácil.

Tampoco puede dejar de mencionarse en esta etapa crucial al juez Miguel Ángel Gálvez, quien con sus fallos ha dado una clara muestra de que la justicia puede ser independiente, y aún se trate de figuras relevantes de la política nacional, no ha dudado en dictar resoluciones que permiten albergar esperanzas de que puede haber justicia en una sociedad sometida a mezquinos intereses.

Muchas otras personas también han hecho un valioso aporte para impulsar un modelo de honestidad en el Estado, entre ellos varios jueces y representantes de la sociedad civil que con su aporte respaldan un esfuerzo de gestión pública, que por supuesto también tiene sus adversarios, quienes tampoco descansan por revertir muchos de estos avances.

En el Día Internacional contra la Corrupción, Guatemala tiene ahora algo que decirle al mundo, y se puede dar fe de que en los últimos meses han existido genuinos esfuerzos por combatir ese flagelo, pero debe quedar claro que son insuficientes, que la apatía ciudadana debe cambiar y comprender que ninguna sociedad alcanzará un mejor nivel de desarrollo si no existe mayor exigencia hacia las autoridades de los organismos del Estado.

Así como Guatemala ha cambiado en los últimos meses, el mundo también, y por eso es más común ver esfuerzos similares en otras naciones, pero también desde organismos internacionales, como la misma ONU, que ha hecho de la corrupción un tema permanente y por eso es que una de sus metas de desarrollo sostenible propone que todas las naciones deben estar comprometidas con la erradicación de ese mal en la próxima década

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