LA ERA DEL FAUNO

Representante de la calamidad pública

Juan Carlos Lemus @juanlemus9

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La clase de personas que dirigen este país han de robarse los antisalpicaderos que se instalan en el fondo de los mingitorios. Han de meterse en los calzoncillos y calzones las pastillas de patitos azules de los inodoros del Congreso, de las oficinas ministeriales, del Vaticano. Tal es su nivel. Lo que está sucediendo en Guatemala es monstruoso. Abominable. El presidente Jimmy Morales representa la calamidad pública. Obligado por mandato constitucional a ser el representante de la unidad nacional, es lo contrario, el que divide.

En nuestra historia ha habido presidentes o golpistas ladrones, dictadores, mediocres, lamebotas, genocidas; ahora, toca todo junto. Con los retazos crearon un muñeco. Elevado sobre el desierto nacional, le dieron voz para contar fábulas, jurar a la bandera, decir chistes y hablar de unidad. También, le concedieron la venia de colocar gente igual a él en los ministerios, en la Cancillería, en instituciones como la Conred, en los hogares seguros. Nombró gente oportunista e inescrupulosa en sitios de alto riesgo y alacranes en Comunicación Social. Llegó para contaminar los poderes del Estado, apoyado por una partida de tránsfugas en el Congreso.

Los empresarios que cosieron tal monstruo sabían a quién ponían. Tenían que dar relevo a la banda la Línea porque se había sobrepasado. Había que pasarle el tubo testigo a un grupo más fresco. El país pasó, entonces, de las manos de la Línea hacia las garras de los Fantoches. Y son legión, diría el demonio con voz ronca. Una legión que reacomodó sus fuerzas. Hablamos de las grandes ligas de la mediocridad. De gente que supera todas las expectativas de la desfachatez; que niega, anula o minimiza los muertos de la tragedia del volcán de Fuego con tal de mantener su imagen; que sigue corrompiendo al Estado; es gente que marca con una cruz la frente de los niños en los albergues para señalar que ya comieron. Y esto es lo menos, pues en lo grave se reorganizan para mantenerse así, para mantener a flote sus partidos y a los empresarios que los pusieron en el poder con financiamiento ilícito.

Para ajuste de penas, se hace cada vez más evidente que algunos medios de comunicación reiniciaron el retorno, con disimulo, hacia la comodidad que les brinda el silencio cómplice. Hablan bajito de los empresarios que financiaron ilícitamente a la tropa loca. Es el retorno al sesgo con máscara de equilibrio. Se les nota. No hablo de periodistas, sino de empresas periodísticas con mandos claves preocupados en mantener sus pautas y de “líderes de opinión”. Era fácil para ellos cuando contaban con la autorización de Estados Unidos y del Cacif de manejar un discurso contra la corrupción. Era fácil ondear una banderita, hablar melosamente de las manifestaciones populares, aparentar que formaban parte del mismo frente con Thelma Aldana y Velásquez. Fácil porque se trataba de un discurso común, regado. Ahora, alejado el peligro, retoman el rumbo sobre las tortugas del TSE, el MP, la CSJ.

Hay un retorno a los tiempos en que el pueblo arrodillado recibía la espada o la cruz y no había obstáculos para empobrecer a los más pobres, enriquecerse los más ricos y colocar en el poder marionetas. Tras el 2015, íbamos por buen camino, por eso intentan la demolición controlada de los avances. Pero siempre hay un tonto que descontrola. Morales será abandonado, no disfrutará del paraíso de la corrupción prometido porque ha sembrado con más mediocridad de la permitida. Ha hecho que sus patrones caminen sobre la cuerda floja entre la ONU, Washington, la corrupción y el reproche.

@juanlemus9

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