TIEMPO Y DESTINO

Respeto de la Santa Sede a tribunales de Australia

Luis Morales Chúa

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A diferencia de algunos católicos que califican el proceso penal contra el cardenal George Pell como una acción de los enemigos de la Iglesia y empujan duro contra los medios de comunicación social por hacer del caso una abundante fuente de noticias, la Santa Sede ha manifestado un máximo respeto por la justicia de Australia.

La posición de la Santa Sede, según Radio Vaticana, está contenida en un comunicado del cual tomo los siguientes párrafos:

“La Santa Sede ha recibido con desagrado la noticia del envío a juicio en Australia del cardenal Pell por imputaciones referidas a hechos ocurridos hace varias décadas. Puesto al corriente de la situación, el cardenal Pell, en pleno respeto a las leyes civiles y reconociendo la importancia de participar personalmente en el proceso, de forma que pueda desarrollarse en forma justa y favorecer así la búsqueda de la verdad, ha decidido retornar a su país para afrontar las causas de las que se le acusa”.

“El Santo Padre, que ha podido apreciar la honestidad del cardenal Pell durante los tres años de trabajo en la Curia Romana, le está agradecido por su colaboración y, en particular, por su enérgico empeño a favor de las reformas en el sector económico y administrativo y por su activa participación en el Consejo de los Cardenales”.

“La Santa Sede expresa su máximo respeto hacia la justicia australiana, que deberá decidir con respecto a las cuestiones suscitadas. Al mismo tiempo, recuerda que el Cardenal Pell ha condenado desde hace décadas abiertamente y repetidamente los abusos cometidos contra menores como actos inmorales e intolerables; ha cooperado en el pasado con las autoridades australianas, como en sus declaraciones ante la Real Comisión; ha apoyado la creación de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores y, finalmente, como obispo diocesano en Australia, ha introducido sistemas y procedimientos para protección de los menores y para garantizar la asistencia a las víctimas de abusos”.

La Real Comisión sobre la Respuesta Institucional a los Abusos Sexuales contra Niños en Sidney (Royal Commission) se trasladó a Roma en febrero de 2016 e interrogó al cardenal durante cinco horas. Entonces se hizo notar que Pell no estaba acusado de haber abusado personalmente de menores, sino de haber encubierto a sacerdotes australianos que estaban bajo su jurisdicción eclesiástica. Y si las investigaciones policiales formulan ahora nuevos cargos contra el cardenal se sabrá el miércoles próximo (26/7/2017) cuando el acusado habrá de responder ante un tribunal donde, como se ha anticipado, es de esperar que repita lo dicho en ocasiones anteriores: que es totalmente inocente. Una inocencia que, por supuesto, deberá ser probada de conformidad con la legislación australiana.

El año pasado, antes de ser interrogado por los investigadores el cardenal, según la cadena informativa Zenit, cercana al Vaticano, expresó lo siguiente: “Quiero decir esto, como una aclaración inicial, que yo no estoy aquí para defender lo indefendible. La Iglesia ha cometido errores enormes y está trabajando para remediarlos. La Iglesia en muchos lugares, ciertamente en Australia, ha gestionado en forma errónea las cosas y ha fallado con las personas. Los errores han sido fracasos personales más que de estructura. En Australia había en el pasado quejas razonables sobre los abusos, pero lo habitual era no informar a la Policía”.

Es lo correcto: actuar con la verdad, no contra ella. Y en estos casos, la verdad depura saludablemente el proceso judicial.

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