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¡Sello Q Verde para Tak’alik Ab’aj!

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El pasado viernes 11 de mayo, el Inguat entregó el distintivo de Calidad y Sostenibilidad Turística “Sello Q Verde”  a los colaboradores del Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj (TA). Es el primer parque arqueológico nacional certificado en Guatemala. Los arqueólogos Christa Schieber de Lavarreda y Miguel Orrego Corzo tienen más de 25 años de coordinarlo con eficiencia, compromiso y  responsabilidad. “Desde el inicio nos propusimos hacer las cosas bien, trabajando en equipo, me dijo Christa. Hoy ese esfuerzo rinde fruto.“Esta buena noticia me provocó una profunda alegría”, cantó el Clarinero. En mi mente  fluyeron  imágenes  de esa ciudad milenaria, rodeada  de  una  exuberante vegetación y diversidad biológica. El canto atronador  de las chicharras al caer el sol  y el  periqueo de los loros al  amanecer son melodías constantes que se escuchan.

Andrés Oppenheimer, en su libro Crear o Morir, cuenta que las ciudades en América Latina deberán propiciar espacios de innovación, como el Silicon Valley, porque en estos lugares se gesta el futuro. Dice: “…la idea del genio solitario es un mito. Las grandes innovaciones no son chispazos de genialidad en medio de la nada, sino que son el resultado de mentes creativas que se nutren de otras mentes innovadoras en ciudades o vecindarios llenos de energía creadora, experimentan incansablemente nuevas tecnologías, toleran los fracasos y tienen la audacia necesaria para imponer sus invenciones ante mil obstáculos”. ¿Qué tiene que ver lo escrito por Oppenheimer con TA? En mi opinión, esta ciudad fue un centro de innovación constante adonde acudieron mentes brillantes. Presento tres pruebas irrefutables. Una. Su posición geográfica. Tak’alik Ab’aj está ubicada al pie de la cadena volcánica en el suroccidente de Guatemala. Llegó a ser una metrópoli y un eje de desarrollo intelectual, artístico y comercial porque fungió como centro de intercambio de rutas comerciales situadas a larga distancia. Desde el Istmo de Tehuantepec hasta El Salvador, entre los siglos 800 a.C. hasta 900 d.C. “Y, ojo, junto con las mercancías viajaban las ideas”, agregó sonriendo el Clarinero. Dos. Los estudiosos consideran a TA como una “ciudad puente”. Esto significa que fue el escenario donde se desarrolló el paso de la cultura olmeca a la maya. El entierro real del gobernante K’utz Chman (Abuelo Buitre) lo constata. Este gobernante pudo haber vivido entre el siglo 700 al 400 antes de Cristo. Estas fechas se relacionan con la 2da. parte del Preclásico. Durante este tiempo, tuvieron la capacidad de evolucionar de un sistema cultural a otro, de buscar soluciones inéditas y de adaptarse a los cambios forjando un nuevo horizonte en su historia.

Tres. La vocación astronómica de sus habitantes. Fue tal su intención de “auscultar el cielo”, con el propósito de sistematizar el camino del tiempo, que esculpieron un altar inédito. Este se encuentra en la Estructura 7, donde está el observatorio astronómico del sitio. Los estudiosos le denominan Altar 46. Este altar es una roca simple con la superficie alisada, pero con un grabado particular, único en Mesoamérica: tiene un par de huellas de pies genialmente esculpidas. Cuando una persona acomoda sus pies sobre estas huellas (talla 38) la obliga a pararse erguida, a mirar hacia delante en una dirección 115 grados noreste, que corresponde a la orientación donde aparece el sol sobre la cadena volcánica en el solsticio de invierno cada 21 de diciembre. Desde este altar se pueden observar las constelaciones en la noche y registrar la trayectoria del sol con exacta precisión. No hay duda, TA fue una ciudad innovadora. Sus logros son un reto, en pleno siglo XXI, para los chapines y el mundo. ¡Fue una comunidad que se conectó con las fuerzas de la naturaleza y del universo, y 2,500 años después nos invita a compartirlas!

clarinerormr@hotmail.com

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