DESDE GINEBRA

Suenan tambores de guerra comercial

Eduardo Sperisen

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El solo anuncio del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de incrementar los aranceles al 25 por ciento para el acero y un 10 por ciento para las importaciones de aluminio, sobre la base de investigaciones unilaterales en virtud de la ley de 1962 de Seguridad Nacional de la Sección 232 de los Estados Unidos, generó manifestaciones de preocupación de parte de los miembros de Organización Mundial del Comercio (OMC). Quienes afirmaron que se basarían en las normas de la OMC para regir sus respuestas de eventuales represalias. Aunque, en un proceso formal en el marco de solución de diferencias en la OMC, podrían transcurrir años hasta que las represalias se materialicen.

En una reunión en la OMC, que se realizó días antes de que el presidente Trump adoptara la proclama presidencial que incrementa los aranceles, varios miembros se pronunciaron, afirmando que dichas medidas plantean serias preocupaciones comerciales, entre ellas una escalada arancelaria, por lo que hicieron un llamado a las más altas autoridades norteamericanas al diálogo para reflexionar sobre las posibles consecuencias de lo que se percibe como medidas proteccionistas, que podrían dar lugar a la primera guerra comercial a gran escala desde la década de 1930.

Esta noticia, como era de esperarse, provocó expresiones de mucha intranquilidad, especialmente por los países grandes usuarios del sistema multilateral de comercio. Otros mencionaron que podrían generar demandas en el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC, órgano que de por sí está atravesando por una crisis existencial, debido a la parálisis en el proceso de selección de los miembros del Órgano de Apelación, para que pueda continuar con su trabajo habitual.

Los miembros en general se manifestaron a favor de apelar a las autoridades norteamericanas para que no se embarquen en una acción contraria a los acuerdos de la organización, que se está imponiendo esta medida bajo una excepción de seguridad nacional de acuerdo a las reglas de la OMC, pero recordaron en la reunión, que los miembros que cumplen con la normativa de la institución multilateral y que necesitan de este tipo de medidas, siguen los procedimientos establecidos, informando a la membresía, para dialogar antes de lanzar unilateralmente una medida de esta naturaleza.

El uso elástico de las normas de la OMC con excepciones de salvaguardia, establecerían un mal precedente y advirtieron sobre los peligros futuros que pueden surgir por el uso indebido de tales disposiciones. Alertando que esta acción abriría una caja de Pandora con graves consecuencias, y que de suceder esto, será la economía mundial el campo de batalla donde se desarrolle esta ofensiva comercial.

Cuando el presidente Trump aprobó el aumento de los aranceles, afirmó que él será muy justo y flexible a la hora de aplicar los aranceles, diseñados para proteger al trabajador estadounidense y anunció que Canadá y México quedarían exentos de esta medida por el momento.

Vale la pena mencionar una noticia alentadora, la reciente suscripción del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, también conocido como TPP-11 o CPTPP (en inglés). Este Tratado fue suscrito el 8 de marzo, pacto que se convierte en el mayor acuerdo comercial firmado en los últimos 25 años, mismo que envía una fuerte señal contra las presiones proteccionistas actuales y que reafirma que el comercio internacional está vivo. Este acuerdo fue firmado por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam.

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