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Te estoy viendo, papá

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¿Con qué autoridad moral podría llamarle la atención un padre que ve fumando a su hijo, si este lo ve fumando siempre a él? Educar a los hijos con palabras es muy fácil, pero hacerlo con el ejemplo es la manera más eficiente de transformar e impactar sus vidas.

Cuando hay un comportamiento ejemplar por parte del padre, las palabras incluso salen sobrando. Por esta razón es importante entender que los ojos de los hijos están siempre viendo la manera como se conducen sus padres para aprender, rechazar o imitar lo que ven. Y muchos tienden a repetir los mismos errores que tanto odiaban de papá.

Un prototipo de esto es cuando los hijos varones que han visto que el padre golpea a la madre y la insulta, cuando ellos forman su propia familia muchos también se vuelven abusadores de su pareja y de sus hijos. La historia puede llegar a repetirse, generación tras generación.

Hay que estar conscientes de que, por lo general, el niño mira e imita, por lo que es vital que el padre dé buen ejemplo personal a sus chiquitos. Si el padre habla con palabras soeces, el niño también lo hará.

Predicar con el ejemplo significa primero actuar uno mismo correctamente, para luego exigir de los demás ciertos comportamientos. De la misma manera las palabras que se dicen deben ser coherentes con la forma que se actúa. De no ser así el padre generará una imagen hipócrita ante sus hijos. Por lo tanto, no hay mejor manera de enseñar que con el propio ejemplo.

Está comprobado que los niños necesitan de la presencia y el amor de ambos padres para su formación integral y tener estabilidad emocional en el núcleo familiar. A pesar de no vivir con sus hijos en la misma casa, los padres deben considerar que la buena relación que se establezca con la madre y con los niños impactará trascendentalmente en la vida de estos.

Las heridas más profundas que un ser humano pueda tener en su vida provienen de la infancia. Un padre abusivo o indiferente podría llegar a deformar permanentemente el estado emocional de sus hijos.

Los estudios revelan que muchos jóvenes delincuentes provienen de una familia disfuncional, donde no hubo una figura paterna. La presencia del progenitor masculino en el desarrollo integral del ser humano es vital.

Actualmente los divorcios se han incrementado considerablemente y esto afecta la estabilidad de la familia. Finalmente los que terminan pagando las desavenencias entre los padres son los niños, por lo que debe entenderse que la comunicación, la armonía y el respeto es la mejor inversión para la estabilidad emocional de los hijos.

Ser padre no solo implica satisfacer las necesidades económicas de un niño, es tener sentimientos y conductas responsables respecto de sus hijos, ser accesible y brindar tiempo de calidad. Saber comunicarse, escucharlos y estar siempre disponible para hablar con ellos.

Hoy celebramos el Día del Padre, y como dice el refrán: “Ser madre es un don natural de la mujer, pero ser padre es algo que el hombre debe ganarse, por su propio mérito”. Los padres deberían estar presentes en cada momento de la vida de sus hijos para apoyarlos y disfrutar de ese cariño puro y bueno.

La relación entre padres e hijos es un lazo para toda la vida, y aún después de la muerte siempre queda en la mente del hijo todo lo que aprendió y compartió con sus padres.

Ser padre es un privilegio importante en la vida de un hombre, pero conlleva responsabilidad, porque tiene en sus manos la oportunidad de formar a otro individuo con valores y principios positivos, o bien destruirlo. Por eso un buen padre es un regalo de Dios. ¡Feliz día, papá!

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ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.