REGISTRO AKÁSICO

Vivamos el alegre divertimento de verano

|

En la noche, una montaña se derrumba, sepulta al pueblo. El sentido original de la tragedia alumbra la catástrofe. La busca del responsable en la Grecia clásica llevaba a interrogarse sobre la virtud del rey. Así, el incesto de Edipo era la causa de los males del pueblo. No podía ser de otra manera. Hoy, los criterios son similares.

Se desmoronó el cerro del Cambray, se buscó al alcalde. No importa si se construyó sin licencia, hubo estafa inmobiliaria o si el suelo tiende a saturarse y, por lo tanto, propenso a los deslizamientos cuando llueve en demasía. José Antonio Coro García y Víctor Gonzalo Alvarizaes deben ser aprehendidos, esposados y exhibidos en su comparecencia. El MP se apura a presentar cuatro mil hojas de fotocopias y originales para demostrar que no advirtieron a los pobladores que residían en el lugar desde muchos años anteriores a sus ejercicios municipales.

Todos los funcionarios son rigurosos. Los juzgadores apenas disimulan su indignación. A los lados del flujo de lodo, continúa la residencia de otros pobladores. No se les conmina a que abandonen, no se les advierte. La justicia es a mitad, lo otro puede esperar a un nuevo lahar. Pero los ediles de Santa Catarina Pinula deben pagar por la lluvia y por la principal razón: no forman parte de la clase alta del país.

La teoría de la causalidad prevalece en los delitos de resultado material. El famoso jurista alemán Maurach afirma la existencia de este razonamiento en el homicidio, las lesiones y el incendio, lo mismo aplica para la estafa.

La combustión espontánea no existe. El Estado se vuelve pirómano. No importa que no tiene vida real; mucho menos, manos para iniciar la combustión. La pira se formó con colchones de espuma de látex y sábanas de tejidos, altamente combustibles, pero también enseres baratos. Cárcel y exposición pública a los que institucionalizaban a bebés; no se esforzaban por alquilar a diestra y siniestra, comprar sin licitación y echar responsabilidades a toda la ciudadanía.

El jurista Mommsen pensaba que accusare derivó de incausare o atribuir la causa. En un incendio, aquel que enciende el fósforo para encender la hoguera, es el culpable. No obstante, nos encontramos ante jueces imbuidos de las últimas discusiones del derecho penal. Lo importante no es el hecho, que se explica por la causalidad natural, sino la imputación procesal donde los jueces reflexionan sobre situaciones sociales impropias para establecer una conexión donde descargan castigos, con el objeto de modificar la sociedad.

Razonamiento de Estado policiaco, del jurista Jercheck, seguido por los tribunales locales, quizás sin conocer al teórico. Al fin, se trata de castigar a un exjuez ambicioso y a una oenegera extraviada. Son clasemedieros y, por lo tanto, sacrificables.

Esplende sabiduría y el sentido de justicia de los tribunales. Deben continuar de por vida en sus cargos. Una misión de Naciones Unidas está dispuesta a pelearse contra todos los diputados para conseguir ese privilegio de casta.

Mientras tanto, el alcalde de la ciudad se niega a presentarse a un juzgado. La jueza falla por levantarle el antejuicio ante el desacato. Pero el Tribunal enmienda y obliga a la jueza a desdecirse. Posteriormente, al confirmar en apelación, le mantiene el antejuicio y excediéndose en el razonamiento, señala que es una broma. Ja, ja, ja. ¡Qué divertido: ofrecer leños y morongazos! Los incondicionales ríen ante el bufón. Riámonos todos: ja, ja, ja. Al final protege a un rico para garantizar la impunidad de los que mandan en el país. En sonora carcajada, ja, ja, ja…

mosquera@doctor.com

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.