El papa Francisco

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haciéndola más humana a través de actos de humildad y piedad, han sido muy fructíferos. La cercanía y la proximidad con la gente es el punto fuerte del papa Francisco, para tener una comunión con sus fieles. Él ha entendido que en estos tiempos la gente necesita mucho de Dios y por ello quiere proyectarse como un hombre que sabe dar amor, siempre está sonriendo con su boca y sus ojos en armonía, lo que lo hace ser percibido como un hombre alegre, jovial, simpático y humano. Un día, con la Plaza de San Pedro a reventar, dijo: “La lluvia no nos detendrá para alimentar la fe en Jesús”. Sin protocolo alguno, se deja llevar siempre por sus impulsos ante la multitud, se acerca, abraza a las personas, saluda y sonríe, entendiendo que los fieles han esperado por horas bajo la lluvia, el sol, el fr��o o cualquier inclemencia del tiempo para verlo y saludarlo.

Besar y bendecir a bebés, ver niñitos pequeños vestidos con el trajecito del Papa, acercarse a los enfermos, lavar los pies a privados de libertad, preocuparse por los más necesitados, es el nuevo ambiente que se percibe en el Vaticano, en Roma y el mundo entero. Para él es muy importante el contacto físico con las personas, al punto de que ha mandado que el papamóvil esté al descubierto. Aún con su gran carisma, a un año de su pontificado, el Papa pidió humildemente: “Recen por mí”. Reconociendo que es humano y necesita del poder de Dios para poder cumplir con su misión.

En tiempo de cuaresma las palabras de un gran líder religioso cobran una gran importancia, por ser un tiempo para reflexionar, para acercarnos a Dios y descubrir el verdadero significado de la Semana Santa. Sus palabras llenas de sabiduría debemos sopesarlas porque tienen un gran contenido espiritual y de guianza para nuestra vida. Sin cambiar una sola letra las comparto literalmente: “Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza, siendo rico, se hizo pobre por vosotros… Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre; descendió en medio de nosotros, se acercó a cada uno de nosotros; se desnudó, se “vació”, para ser en todo semejante a nosotros. La razón de todo esto es el amor divino, un amor que es gracia, generosidad, deseo de proximidad, y que no duda en darse y sacrificarse por las criaturas a las que ama. La caridad, el amor es compartir en todo la suerte del amado”.

¡Bellas palabras! Llenas de conocimiento de la humanidad, palabras, que en este tiempo de angustia para muchos, pueden ser de gran aliento.

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ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.