PUNTO DE ENCUENTRO

Para muestra, más de un botón

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Es cierto que 26 días son pocos para juzgar el accionar de la nueva administración gubernamental, pero no es menos cierto que las primeras semanas al frente del Ejecutivo marcan la ruta de lo que será el ejercicio de gobierno.

Por eso preocupan en demasía algunas de las decisiones y actitudes de Morales y de su bancada en el Congreso. Las señales son por demás desalentadoras, sobre todo si se toman en cuenta las enormes expectativas generadas en la población a partir del creativo eslogan de campaña “ni corrupto, ni ladrón”; y de las promesas del otrora candidato, de renunciar “a la vieja forma de hacer política”.

Pongo solamente algunos ejemplos de lo que hemos visto durante estas semanas y empiezo por lo más reciente: la incorporación de ocho diputados al oficialista bloque FCN-Nación, después de que Morales afirmara —previo a la segunda ronda electoral— que no recibirían diputados tránsfugas. Puede decir el presidente lo que quiera, que hay división de poderes; que ya no es el secretario general del partido; que no está de acuerdo con lo realizado por sus diputados, pero que no puede hacer nada al respecto… Lo cierto es que su partido, el que lo llevó al poder, inició con las prácticas de la vieja política, tan aborrecidas por la población guatemalteca.

El colmo es que el jefe de la bancada oficial, Javier Hernández, justifique la incorporación de los tránsfugas aduciendo que es “por el bien de la nación” (soy502.com), como si ya nos hubiéramos olvidado de los grandes males que ha acarreado al país la compra-venta de diputados para engrosar grupos legislativos o aprobar paquetes de leyes. ¿Acaso hay que recordarles que el campeón de esta práctica en la legislatura pasada fue el partido Líder —al que tanto defenestraron durante la campaña— y del que provienen la mayoría de sus nuevos diputados?

Y qué decir de la tan anunciada donación de medicinas y equipamiento para los hospitales nacionales. Más tardó el gobierno en hacer llegar los productos, que la PDH y la prensa en descubrir que los Q100 millones anunciados eran en realidad Q43 millones y que la mayoría de insumos —el equivalente a Q40 millones— estaban vencidos o por llegar a la fecha de caducidad. No bastó semejante bochorno, unos días después de que el propio Morales saliera a decir que no había medicamentos vencidos, un comunicado de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia aceptaba que sí se habían recibido, pero que no llegaron a Salud Pública. El colmo fue el error del vocero presidencial pidiendo quitar el párrafo del comunicado en un chat enviado a los reporteros que cubren el Ejecutivo, en lugar de a su equipo de comunicación, y las posteriores declaraciones del vicepresidente Cabrera sobre que “él ha consumido medicamentos vencidos” a manera de justificar el asunto.

Preocupa también la estadía no aclarada del señor Morales en el edificio Adriátika, propiedad de la familia Köng, que el medio digital Nómada diera a conocer. En lugar de enfadarse, el mandatario debería aclarar quién pagará la cuenta por medio millón de quetzales o, si fue una “donación”, qué se le pidió a cambio. Todavía está fresca en nuestra memoria la “generosa” hospitalidad de Gustavo Alejos para con el entonces presidente Pérez Molina, quien ocupó una lujosa vivienda de su propiedad en la zona 15. Ambos están presos por corrupción.

¿Y lo ocurrido en la cartera de Comunicaciones con nombramientos por demás dudosos, por decir lo menos? ¿O el incremento de Q3 millones en el patrimonio de Morales presidente, cuando Morales candidato dijo que eran Q5 millones? No sé a ustedes, pero para mí es una desafortunada forma de empezar a marcar la cancha.

@MarielosMonzon

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.