MIRADOR

Poder detrás del trono

A dos días de la integración del Congreso persisten las negociaciones entre congresistas, siempre turbias, para conformar la mesa presidencial. Hasta 18 grupos se pueden contar y entre los diputados, oscuras interacciones que hacen que electos por un partido pacten secretamente con adversarios de otros. Una bacanal política de dudoso gusto, como suelen ser las “fiestas democráticas” que organizan esos farfulleros.

La lucha por presidir el Congreso e integrar la mesa directiva, es la principal batalla. El presidente actual —Rabbé—, ungido por el “rey de la TV abierta” —Ángel González—, cree que será reelecto en el cargo porque convencerá a muchos, que le deben favores por sus amañadas emisiones radiales, de continuar manipulando la información o incluso mentir a través de sus medios para promover particulares intereses de los “padres de la patria”.

En otro lado del cuadrilátero encontramos a los candidatos de la UNE. Barreda, Taracena y Orlando Blanco se ven, cada uno por separado, presidiendo el hemiciclo. El último cuenta con el favor de la secretaria general; de los otros dos, uno vende su juventud y dinamismo y el otro, su experiencia de años y mañas. Si cualquiera de los tres es elegido, los restantes torpedearán el partido; si no lo es ninguno, la faena se repartirá y la explosión dentro de la UNE atomizará la “esperanza verde”, que será sustituida por la urgente y necesaria búsqueda de un nuevo liderazgo.

Arístides Crespo y Arévalo (FRG), de alma pérfida ambos, han atraído a Sinibaldi. Entre los tres buscarán conformar, seguramente, una nueva coalición “por la decencia” o cualquier otra babosada, y así limpiar su imagen y escapar de los apestados patriotas. El operador político, curiosamente, será Portillo, el expresidente que creía contar con 60% de intención de voto, quien debe conformarse con una nueva novia —ahora diputada—, y poco más. Destacar, en esta amalgama, el inusual y desmedido protagonismo de Felipe Alejos, que se quiere quedar con todo de Todos.

Por su parte, el engendro de Líder, “dividido” en dos fracciones, continuará sirviendo los intereses de Baldizón, quien desde Nicaragua y con negocios de maquinaria y repuestos chinos hace dinero a distancia y mantiene los nexos con el país que lo escabechó en primera vuelta, algo incomprensiblemente todavía para él y la razón de que ande de meditación trascendental. El servilismo de Villate, al frente de la bancada oficial, proseguirá hasta que al del copy-paste se le reavive la neurosis crónica que padece. Los otros, los escindidos “por dignidad” y que conforman el PRO, pretenderán vernos la cara mientras con disfraz de oveja reportan a Manuel que los maneja a su capricho, tal y como hizo con el partido CNN, aunque en esta ocasión no le sea tan cómodo porque tiene la “oposición” de su hermano Salvador, entre otros.

Los que quedan del PP se esconderán bajo la falda de la anterior directora de Conjuve y ahora flamante diputada electa (Alejandra Castillo), a la espera de escuchar las directrices de la ex vicepresidenta y/o buscarán un mejor futuro que no sea continuar en una banda desprestigiada y a la deriva. Vamos, que se quedarán calladitos, como permanece aquel salvador de la patria de última hora, de nombre Mario David García.

El resto de “honorables”, aglutinados en un cuantioso número de pequeños grupos, esperan a que los grandes “respiren”, con excepción de los de Creo-Unionista dirigidos por Arzú, quien se apoderó de ellos después del pacto incomprensible con Canela.

El sarao está organizado y la velada, a punto de comenzar. ¡A ver quién pone la música!

ESCRITO POR:

Pedro Trujillo

Doctor en Paz y Seguridad Internacional. Profesor universitario y analista en medios de comunicación sobre temas de política, relaciones internacionales y seguridad y defensa.