EDITORIAL

Presagios de más actividad política

Varios hechos ocurridos en los últimos días llaman la atención, por ser inminentes avisos de intensa actividad política en el corto plazo. La elección del presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam), así como la febril situación en el Congreso y en los círculos donde se elegirá al nuevo representante de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ante la Corte de Constitucionalidad (CC), forman parte del intrincado mapa político de los próximos días.

Sobresale en la agenda el caso de la Anam, ahora en manos del jefe edil de Villa Nueva, Erwin Escobar, quien, tras un rápido paso por varios partidos, terminó abandonando a los patriotistas, se pasó a la fuerza liderista y alcanza la presidencia de los alcaldes del país. Esas propuestas fueron suficientes para que nadie preguntara mucho de quien es un alfil político de sí mismo y que sin mayor empacho ha admitido sus aspiraciones presidenciales. No es cuestionable tal objetivo, pero llama a duda el exagerado pragmatismo de un político reciente que no demuestra consistencia ideológica pero sí capacidad de moverse según sus intereses.

En tanto eso ya se consumó, el Congreso lleva un paso acelerado hacia algo parecido a la depuración desde que Mario Taracena asumió la presidencia. La revelación de la nómina de salarios, el escándalo derivado de esa acción y la evidente sacudida que enfrenta al mundillo legislativo son solo parte del nuevo panorama de los legisladores, quienes están siendo impulsados a trabajar y a aprobar leyes con razonable rapidez, atrayendo así la atención pública. Sin embargo, el tema de una posible convocatoria a la asamblea nacional constituyente emerge en el final de una semana en la que el país aún no reacciona ante la presión evidente que ejercen varios grupos sociales hacia el gobernante Jimmy Morales.

El tercer eje de este mapa es el inicio de las elecciones para integrar una nueva CC. Más allá de los procedimientos, el país está quedando frente al escenario donde se ventilarán los cambios del real politik que se hayan derivado del sorprendente y muy activo año político 2015.

La CC es una de las instituciones donde el tránsito del país se ha tornado tormentoso, dados los niveles de politización que se han acentuado en el pasado reciente. La presión popular poco puede hacer sobre el proceso, pues este ya se ha definido en el marco legal, pero sí puede resurgir la protesta popular como elemento de presión real para que los aspirantes idóneos emerjan y los que solo representan agendas ocultas se abstengan o se reduzcan en la elección, a causa de las exigencias sociales sobre idoneidad y transparencia.

Que haya tanto pendiente en la agenda del país debe ser motivo de atención para los ciudadanos. El arranque del equipo de gobierno está siendo muy polémico y, sin duda, atrae la atención de la Prensa y de los medios sociales, pero no se debe perder el ojo vigilante en lo urgente mientras lo importante ocurre tras bambalinas. Tanto los alcaldes, ahora encabezados por Escobar, como los diputados, guiados por Taracena, darán mucho de qué hablar. Pero el tema de la CSJ y su elección de representante ante la CC son un punto y aparte en este complicado entramado político, cuasi surrealista, en el que Guatemala se debate desde hace largos años.

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