Debe sentirse satisfecho el presidente Otto Pérez Molina por haber aceptado el sano consejo de ciudadanos guatemaltecos de todos los sectores para que aceptara solicitar la continuidad por dos años de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), entidad que, a pesar de haber tenido un inicio discutible a causa de las características personales de los comisionados, ha comprobado su razón de ser con la llegada del actual funcionario nombrado por la ONU, Iván Velásquez.

Las felicitaciones en el campo internacional al gobernante no tardaron en llegar. Ayer mismo se manifestaron en ese sentido la ONU, el vicepresidente estadounidense, Joe Biden; el secretario de Estado, John Kerry; y el comité de Relaciones Exteriores del Congreso, quienes aplaudieron la decisión presidencial guatemalteca, informada al cuerpo diplomático el jueves por la tarde.

Estas felicitaciones, tanto internas como externas, tienen carácter de institucionales porque derivan de la consecuencia de haber consolidado a una entidad que sí está funcionando y ayuda a las instituciones estatales a luchar contra los dos peores flagelos contra la democracia: la corrupción y el mal uso de los recursos provenientes de los impuestos, cuya consecuencia última es desestimular el pago de estos, sin los cuales el Estado simplemente no puede funcionar.

El presidente Otto Pérez Molina puede sentirse satisfecho por su decisión, pero no puede olvidar que lo ocurrido es el principio de un proceso para trabajar seriamente en contra de las redes de corrupción, por lo que deben continuar las investigaciones sobre el manejo de los fondos de otras instituciones estatales, en especial las que tienen directivos nombrados por él.

Otra de las manifestaciones es el ejercicio del derecho de petición, que incluye solicitar la dimisión del cargo de la vicepresidenta Roxana Baldetti, que por sus acciones y omisiones se convirtió en el centro de la crisis, a causa de ser su ex secretario privado el principal imputado, y por su error de negarse a revelar la fecha de su llegada desde Corea y haberle, de hecho, facilitado la fuga a quien ahora es fugitivo internacional.

Para mañana se ha preparado una marcha en la Plaza de la Constitución, y algunos sectores han manifestado su anuencia a participar. La única razón para enviar un contingente policial es mantener las condiciones para que se desarrolle la actividad civil en condiciones normales. Los asistentes también deben tomar en cuenta que esa protesta es una muestra de voluntad popular, pero que no tiene carácter vinculante; es decir, de cumplimiento obligatorio, porque del cargo vicepresidencial solo se puede salir por renuncia o luego de un largo proceso administrativo legal.

La batalla política por el mantenimiento de la Cicig ya tiene un resultado exitoso. Falta continuar con más investigaciones de mal manejo de fondos y otras lacras, tanto dentro del Gobierno como en la relación de este con otros sectores, lo cual incluye otras estructuras criminales que no necesariamente manejan fondos públicos.