CON NOMBRE PROPIO

¿Reformar o cumplir?

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Se pretende reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos y como nuestro país es único, queremos ocuparnos de ello antes de llevar a cabo las elecciones. En diciembre, de seguro, de nuevo el TSE y el Congreso nos dirán que habrá que iniciar un nuevo esfuerzo para volver a reformar “porque la experiencia tomada en el evento electoral recién concluido, aseguran que debemos hacer algunos cambios con el objeto de buscar eficiencia”.

Se presentó por el Tribunal Supremo Electoral una iniciativa de ley y es claro que se quiere abonar en el tema del financiamiento, y eso es bueno; sin embargo, es incomprensible y antitécnico que la propia autoridad electoral señale que el límite seguirá fijándose a un dólar por ciudadano empadronado al 31 de diciembre del año anterior en que se lleven a cabo elecciones. Esa forma de establecer el límite es inatendible y es la fuente para no cumplir lo ordenado.

Nuestro problema es de fondo. No sabemos por quién votamos y, por aparte, el TSE no aplica lo que ya está en la ley y es obligatorio. El elector maduró, pero son inmaduras tanto las normas como la autoridad que rige al sistema.

Hace 30 años se justificaba elegir diputados por listas cerradas, eso era lógico. Se proponía la participación y sobre todo el pluralismo que los gobiernos militares reprimieron y que incluso, a la fecha, algunas fundaciones con nostalgia recuerdan y añoran. Pero ahora el elector es exigente, el ciudadano conoce su arma y no quiere votar para mantener lo mismo.

Decir y mantener que la corrupción es del Partido Patriota es una soberbia estupidez. Muchos partidos tienen o una mochila cargada de asqueroso pasado o ansiedad por sentarse a robar, esto es lo que desnaturaliza al sistema.

Si no se cambia la forma de elegir, si no le damos el poder al ciudadano de elegir, si no garantizamos que sea quien marca el voto quien decida este sistema va en caída libre. Lo peor que tenemos es la forma de elección y de ello no se cambia nada. Nadie quiere ir en septiembre a votar porque sabemos que cambiamos unos ladrones por otros, y el tema no se arregla con lo propuesto, se busca maquillaje y nada de fondo, y es más, para dentro de cuatro años quieren que siga igual.

Y la guinda al pastel, nada menos que el TSE pretende el triple de presupuesto cuando lo que tiene es más que suficiente (casi 670 millones de quetzales), es tan light la reforma que ni una coma se le cambia al sistema de empadronamiento. La verdad, que se baboseen a otros, si lo que queremos es sacar ladrones, lo que nos proponen no sirve para nada, además lo que el TSE debe hacer es cancelar a los partidos que han gastado dinero no controlado, pero como no se animan, buscan tiempo con propuestas de reforma y así obvian el debate del hoy. Si no aplican lo que ya está, menos aplicarán sanciones más drásticas.

¡Espejitos para otro lado!

@Alex_balsells

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.