CABLE A TIERRA

¡Renuncia Ya!

A pesar de que los testimonios gráficos y escritos del 25 de abril son claros respecto a cuál es la demanda ciudadana concreta que está movilizando a miles de personas, escuchamos ayer al presidente reinterpretar el #Renuncia Ya# a su muy particular manera. Seguramente da miedo que la protesta continúe y crezca por todo el país; que adquiera más fuerza y contenido, estructura y organización. ¡Nada peor para el clepto-estado, y las mafias que lo operan, que ciudadanos activos que se ocupan de lo que acontece; que se convierten en sujetos políticos; que no quieren ser atontados con medidas de “control de daños” carentes de soporte social.

Por eso, reciclando viejos tiempos, surge la intimidación, los rumores, los mensajes anónimos; la aplicación de tecnología de punta a las viejas prácticas, como si fuéramos nosotros el enemigo y no la gente que se ha aprovechado de sus cargos para robar todo lo que puede. A la par, le apuestan a que desistiremos.

Seguramente, los artífices de remiendos tecnocráticos entrarán ya a operar; y nuevamente vendrán con propuestas para pegar parches en la tela ya roída y corrupta, y que no están dirigidas a eliminar las causas de la crisis ética, política y legal que han provocado.

Hay que recordar que la “SAT” no es el problema de fondo que tiene a la ciudadanía en las calles; sino el hecho de que funcionarios públicos —designados directamente por el presidente y la vicepresidenta— han sido acusados de formar parte activa de esta estructura criminal. El supuesto cabecilla, prófugo además, cuando debió haber sido puesto en custodia de inmediato en Corea del Sur.

Por eso, la indignación y la movilización ciudadana no acabó el 25 de abril. No caigamos tampoco en el juego de distraernos con la hoja —la SAT—, cuando toca ver las raíces. Algunos dicen que #Renuncie Ya# es carente de contenido, miope, y que no tiene sentido cuando están tan cerca las elecciones.

Yo no lo veo así. Es un mensaje corto, claro y contundente de que no hay más credibilidad en las máximas autoridades del país. El problema que tenemos es político, es ético y es legal. Un cambio real y profundo en la sociedad dependerá de que estas dimensiones se encaren, y que no nos contentemos con meras salidas tecnocráticas, como que ese hubiera sido el problema de origen.

La separación del cargo de la vicepresidenta, y su sujeción a una investigación independiente, es una señal clara de que no se tolerará más que se siga destrozando al Estado. No olvidemos que era su secretario privado el identificado como la cabeza de esa estructura. Recordemos que es la institucionalidad de la Presidencia la que está en entredicho. Si eso se deja pasar, no se dará el mensaje correcto a quienes vengan luego a dirigir el país. Deben saber que si reinciden, lo mismo les va a pasar.

La protesta pacífica debe continuar y desarrollar contenidos cada vez más específicos. Una agenda ciudadana para el Estado que tiene ya punto de partida: 1. Respaldo pleno a la investigación independiente de la Fiscalía Especial del MP y la Cicig; 2. que se conozca y procese a toda La Línea, desde su extremo privado hasta su extremo público; 3. Condenar en juicio a todos los malhechores —materiales e intelectuales—. 4. Recuperar los recursos esquilmados al Estado; 5. Indemnizar al Estado por daños; 6. Reformas legales al sistema político-electoral; 7. Depuración de los Organismos Legislativo y Judicial, así como de los Órganos de Control. 8. Replanteo completo del sistema que ve las finanzas públicas del Estado —no es solo la SAT—.

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