VENTANA

Ritualidad maya

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En una pieza polícroma conocida como el Vaso de Chamá aparece pintada, de forma exquisita, una escena de una transacción comercial por trueque. Representa a los mercaderes mayas que se desplazaban hasta pueblos lejanos. Tenían rutas marítimas, fluviales y terrestres fijas. Caminaban por tramos y contaban con alojamientos apropiados. Viajaban con sus valiosas cargas de sal, jades, plumas de quetzal, diversas clases de resinas, miel, plantas aromáticas, utilizadas para las ceremonias sagradas. Estos productos potenciaron las economías de ciudades como Tak’alik Ab’aj, TA. Por su ubicación estratégica, TA fue un centro de poder político, económico, social y religioso. Formó parte de una compleja red de comercio que abarcaba desde el Golfo de México hasta el Pacífico en Costa Rica.

Christa Schieber de Lavarreda y Miguel Orrego consideran que la gran cantidad de piezas de cerámica con residuos de alimentos, materiales para pintura corporal, incensarios para quemar copal, instrumentos musicales como tambores, silbatos, caracoles, encontradas en TA, así como en cientos de ciudades mayas, revelan el espíritu sagrado que el maya le confirió a la vida y a su entorno natural. Gracias a estos vestigios es fácil adivinar ceremonias donde el fuego, los aromas, los sonidos creaban una atmósfera especial que les ponía en contacto con la divinidad.

En abril de este año 2015, Christa y Miguel organizaron un Simposio con el título The Dimensions of Rituality 2000 years ago and today, con colegas guatemaltecos y extranjeros, en San Francisco, California. El propósito fue discutir si el hilo ancestral todavía está presente en las ceremonias sagradas que aún se realizan en decenas de comunidades mayas de Guatemala. Fue así como surgió la iniciativa de llevar a cabo un 1er. Encuentro de Guías Espirituales, Ajk’ijab, en Tak’alik Ab’aj, el pasado 21 de junio. Era fundamental escuchar a los herederos de esta milenaria tradición.

En este encuentro participaron 13 ajk’ijab, entre ellos una mujer, doña Isabel. Sus exposiciones se enmarcaron desde la ética del respeto hasta ayudar a las personas para encontrar un balance y armonía en su vida y con la naturaleza. Se refirieron a los diversos usos y aromas de los copales, al color de las candelas que señalan los cuatro puntos cardinales, al empleo del romero, del pericón y del eucalipto para limpiar ambientes y personas con energías negativas. Poco a poco con su palabra simple y clara, los ajk’ijab fueron revelando los secretos de ceremonias que, como un hilo mágico, recrean el cosmos y unen el ayer con el hoy.

El antropólogo y lingüista Dr. Sergio Romero de la Universidad de Austin, Texas, cerró el evento. Cito dos comentarios suyos a manera de reflexión final. 1. “Yo me atrevo a decir que la religión maya del Postclásico y la religión maya actual no han cambiado en sus aspectos sustanciales”. 2. “Creo que en su matriz original (la espiritualidad maya) sigue siendo no solo una práctica ritual, sino un modo de vida distinto, una forma distinta de estar en el cosmos que definitivamente es diferente de la de Occidente, y desgraciadamente es prácticamente invisible para la mayoría de guatemaltecos que no tuvieron la suerte de haber nacido en una comunidad indígena”.

clarinerormr@hotmail.com

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