Q’A NO’JB’AL

Rompiendo el silencio

Kajkoj Máximo Ba Tiul

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Los pueblos siguen construyendo el camino que nos llevará a trazar la ruta para desmontar este Estado criollo, narco, empresarial, militar y criminal, que al final sus cimientos principales han sido carcomidos por la corrupción y la impunidad.

No es cierto, como algunos lo afirman, que los pueblos se han autoexcluido de toda esta movilización. Dentro de los pueblos, cada acontecimiento se analiza y se reflexiona de acuerdo a la dinámica ancestral, que primero hay que pensar, sentir, hablar, ponerse de acuerdo, para tomar acciones, porque estas deben ser profundas y no a medias. Por eso, en las reuniones comunitarias no se necesitan expertos o facilitadores para que vayan a contar la situación. Tampoco es cierto que las comunidades sean ajenas a lo que está pasando.

El hecho de que reciben los famosos regalos que ahora están dando los partidos, como los que también en su momento dan instituciones supuestamente solidarias, no es porque no tengan conciencia, sino porque este sistema nos ha llevado a un nivel alto de pobreza y extrema pobreza, fortaleciendo el paternalismo o el clientelismo, propios de un modelo desarrollista.

No se acepta que los de las áreas urbanas piensen que tienen que ir a enseñar a las comunidades sobre cómo desatarse de este modelo. Porque siempre lo piensan y lo retan. Esta es la situación que movió a más de cuarenta comunidades de la Sierra de las Minas, constituidas en el Consejo de Comunidades Indígenas, para que el domingo 19 de julio llegaran a los siguientes acuerdos: 1) Renuncia de Otto Pérez Molina. 2) Que no descansarán hasta erradicar la corrupción y la impunidad. 3) Que se apruebe la reforma a la ley electoral, en caso contrario no dejarán pasar a ningún partido político en las comunidades. 4) Que se exige la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente y que el próximo gobierno sea de transición. 5) Que como sus objetivos es defender y recuperar el territorio de la Sierra de las Minas, exigen el retiro de las empresas hidroeléctricas y minería. 6) Libertad a los líderes comunitarios que están presos en las diferentes cárceles del país. 7) Que se encarcele a todos los diputados, alcaldes y funcionarios públicos corruptos. 8) Que los maestros no tienen derecho a salir a manifestar, si la comunidad no se los permite, y en caso suceda lo contrario, piden al Mineduc la destitución de los maestros. 9) Que se reprogramen las elecciones y 10) que se declaran en movilización permanente y dejan de manifiesto que su lucha es por su autonomía y libre determinación.

Cada acción convocada por los pueblos demuestra que este modelo de Estado y de Democracia ha llegado a su límite y que la demanda de los pueblos es la voz de la Guatemala profunda, que resiste ante los embates del modelo neoliberal. Es la Guatemala profunda que busca su total liberación y que sabe que la reforma a LEPP es solo un pequeño paso para la revolución.

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