EDITORIAL

Sistema vulnerado por los privilegios

La indignación ciudadana en contra de los escándalos de corrupción fue la llave para abrir una nueva etapa de la historia nacional: el actual presidente, que tan ufano se muestra en el cargo de mandatario de los guatemaltecos que ocupará por poco menos de cuatro meses, debe recordar que fueron las manifestaciones pacíficas las que obligaron a las dimisiones que hoy lo tienen en la primera magistratura: un honor que debe saber refrendar con autoridad, ética y sentido histórico.

La autoridad con la cual Maldonado fue investido lo faculta para impulsar el cambio que la ciudadanía aún espera. Lamentablemente, en ciertas esferas del Gobierno, como el Sistema Penitenciario, a cargo del Ministerio de Gobernación, los privilegios persisten de forma discrecional y arbitraria.

El ejemplo más reciente son las comodidades autorizadas al apartamento que le sirve de prisión preventiva al general Otto Pérez Molina, quien estaba en entredicho pero que con los testimonios recientes de Salvador González y Juan Carlos Monzón prácticamente se encuentra en la picota.

Aún así, por medio de una solicitud manuscrita dirigida a la Subdirección del Sistema Penitenciario, le han entregado varios aparatos, entre ellos una computadora que se supone le servirá para escribir sus memorias o, cuando menos, la otra parte de una historia que para los guatemaltecos ha sido muy escabrosa, debido a las constantes revelaciones que afloran cuando se escucha a otros involucrados.

Lo lamentable es que la justificación para otorgar al defenestrado expresidente lo que solicitó fue una supuesta igualdad, pese a que esta no es, ni debe ser, una práctica usual. Baste citar otro precedente, el del reo Byron Lima, quien pidió al Sistema Penitenciario que autorizara una lista de invitados para que lo acompañaran a celebrar su cumpleaños en una celda de Matamoros.

Cabe recordar el derecho de salidas a la calle de las que gozaba este reo hasta que fue capturado cuando retornaba al centro de detención, hecho que motivó la caída del entonces director del Sistema Penitenciario, Édgar Camargo.

Los guatemaltecos honrados se sorprenden e incluso expresan su enfado a través de redes sociales al encontrarse con las argucias legalistas y dudosos pretextos médicos que han permitido que Roxana Baldetti se encuentre aún recluida en el Centro Médico Militar, incluyendo el supuesto rechazo a recibirla en otros centros asistenciales estatales, mediante pretextos irrisorios, sin que se tomen medidas firmes para evitar que la ex vicepresidenta se encuentre sin la custodia adecuada, a fin de no interferir con las pesquisas.

Su propio ex secretario privado Juan Carlos Monzón, quien esta semana se entregó a las autoridades, advirtió en su primera declaración que las personas con quienes trabajó y bajo cuyas órdenes coordinó las operaciones de la Línea aún tienen la capacidad de mandarlo a callar. Así que para toda la administración todavía existen desafíos muy arduos por resolver, y es tratar de que no se extienda más el bochorno de lo que ocurre en el Sistema Penitenciario, que constantemente deja en evidencia sus flaquezas.

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