CON NOMBRE PROPIO

Sobre la familia

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Nuestro sistema jurídico descansa en estas ideas fundamentales: la primacía de la persona humana es incuestionable y es ella el sujeto y fin del orden social; la familia encarna el génesis primario y fundamental de los valores espirituales y morales de la sociedad, siendo el Estado el garante del bien común.

?Todo nuestro quehacer gravita en las ideas anteriores, y sobre esas premisas construimos los esquemas de convivencia, orden y armonía. Al fin y al cabo una sociedad que no procura seres libres no tiene objeto.

Pocas veces una sociedad se pregunta a sí misma lo que significan —o deberían significar— sus conceptos básicos —creemos que todos entendemos lo mismo—. Por ejemplo, ¿cuántas veces ha existido un esfuerzo para debatir qué entendemos o qué deberíamos entender por familia? Este es un excelente momento para establecer un verdadero reto en torno al papel del Estado frente al concepto de familia. Un país de migrantes como el nuestro crea condiciones especiales para miles de niños, esto es la realidad.

Prensa Libre, el lunes recién pasado, publicó un reportaje titulado “Cuando el agresor vive en el hogar”, el cual muestra datos sobre la tortura de miles de jóvenes en su propio hogar. Andrea Orozco, responsable de la nota, muestra los datos obtenidos de fuentes oficiales y de acuerdo a la oficina del Procurador de los Derechos Humanos, mil 200 patojas —de 0 a 17 años— han sufrido violencia sexual, habiendo sido 427 menores de 12 años —un poco más del tercio—.

De los casos reportados —el subregistro es enorme—, el 89% tiene como agresor a un familiar y en casi una tercera parte (30%) el violador es el papá. Hay embarazos de niñas menores de 14 años.

La complejidad de un embarazo infantil es crítico. La niña abandona sus estudios, es reprimida, tiene vergüenza, es culpada, su chance a desarrollarse es muy complejo y lo más seguro es que después de parir regresará al mismo seno donde convive junto a su violador, siendo cuestión de tiempo repetir el ultraje, sin mencionar las taras genéticas provocadas por la relación incestuosa.

Algunos aseguran que las niñas quedan embarazadas porque andan “coqueteando en la calle” y “se buscan el embarazo”. Esto no solo es estúpido, sino sobre todo despectivo y cruel, niega la evidencia y la ley: toda menor de 14 años embarazada es víctima de violencia sexual, allí no hay nada de consentimiento, y punto. Si es mayor de 14, hay una gran posibilidad de que exista también algún tipo de violencia.

La familia tiene como principal objetivo la protección y si esa protección no existe, debe ser el Estado el que la consiga. Estamos en época electoral, veamos qué dicen los candidatos sobre el tema porque lo que sí es seguro es que si mantenemos los números actuales existirá poca posibilidad de cambiar lo vivido. El derecho penal puede hacer mucho, pero también es un absurdo combatir esta realidad solo con presos, el problema es más grave y se requieren cambios estructurales. ¿Estaremos preparados solo para debatirlos?

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.