o todo lo anterior en distintos momentos de la vida. Cada quien según los kilómetros que quiera recorrer.

A mí me pasa que aprendo de todo, todo el tiempo; que leo al universo cada vez que tengo la oportunidad, de distintas maneras. Y al lado de mi cama tengo varios libros que me acompañan también en esto del vivir. Esta Semana Santa la decisión es no salir y, por lo tanto, hay oportunidad de leer. Tengo tres libros que me regalaron frente a mí, así que la decisión no es fácil. Me gusta lo que, entre ellos, me ponen desde ya a sentir y pensar. Lo digo por los títulos: Los monstruos políticos de la modernidad, de María Teresa González Cortés; Why nations fail, de Acemoglu y Robinson; y Al atardecer de la vida… Escritos de Ricardo Falla, SJ. (Vol.1). Hay poesía también al alcance de mi mano por si necesitara volver a mí misma y respirar a otro ritmo.

Siendo que el libro de González Cortés habla del período de la Revolución francesa a la Revolución nazi —así la llama— e incluye el período de 1789 a 1939, me llama la atención cómo dibuja los movimientos revolucionarios contemporáneos y me mueve de entrada cuando leo el título y la contraportada. Acemoglu y Robinson hablan de los orígenes del poder, de la prosperidad y de la pobreza, y habiéndole dado un vistazo rápido hace algunos meses, sé que entraré a territorios donde la historia, la ciencia política y la economía irán encontrándose desde una mirada que me cuestionará de fondo las propias ideas en estos campos.

El libro del padre Falla me llevará del proceso de paz a la masacre de Alaska, abriendo las puertas a la Guatemala que vivió lo suyo entre 1994 y el año 2012. Y aunque ya he caminado por las ideas y las hondas experiencias de Falla desde aquel libro Masacres de la selva, me parece importante siempre escuchar testimonios de primera mano de quienes han vivido la historia de este país. Lo que me parece interesante es lo que dice la contraportada: que en este libro hay dos perspectivas en contraposición, la de las ciencias sociales y la de la fe. Y me llama la atención el título también, que fue tomado de un verso de San Juan de la Cruz que termina diciendo “te examinarán del amor”. “Al atardecer de la vida te examinarán del amor. [….] Cuánto amor has puesto en todo lo que has hecho”.

Para mí, los libros tienen eso, me acercan otros mundos, otros tiempos, otros relatos, otras ideas. Así que en este camino de tratar de entender, habré de elegir por dónde comenzaré. Y mientras me decido, recuerdo que hace años Clarice Lispector, esa maravillosa filósofa brasileña, me dijo en otro de sus libros: “No se preocupe por entender, porque vivir sobrepasa cualquier entendimiento”.

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