Ayer fue un día lleno de sorpresas y de acontecimientos inesperados, los cuales demostraron que aún no es posible saber a ciencia cierta cómo se desarrollará el proceso electoral. Por un lado, cuatro diputados y candidatos en estas elecciones, así como un ex aspirante a alcalde por el Partido Líder fueron señalados de actos de corrupción por el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig). Por el otro, hubo un momento en el que el embajador de Estados Unidos, Todd Robinson, debió ser protegido de un grupo de personas que protestaban frente al Congreso.

Debe señalarse que resulta risible la declaración del diputado liderista Roberto Villate, quien aseguró que se trata de una represalia y una persecución política contra ese partido a causa de las acusaciones que ha hecho en contra del presidente Otto Pérez Molina. Esto no tiene sentido alguno porque la crisis del mandatario se debe, entre otros factores, a las actuaciones del ente internacional investigador.

De los políticos lideristas acusados, solo se ha oído hablar del alcalde de Chinautla, Arnoldo Medrano. Son desconocidos el resto: Mirza Arriaga, Luis Chávez, Mario Rivera y Mario Yanes, a quienes se les acusa de delitos como lavado de dinero, fraude, asociación ilícita, adjudicación de contratos millonarios, abuso de autoridad, tráfico de influencias y de que sus ingresos como tales no pueden explicar el lujo en su estilo de vida y las enormes cantidades en sus cuentas bancarias.

En el caso del embajador Robinson, ayer se vio en riesgo personal cuando salió del Congreso, a donde había asistido con el fin de acompañar a los manifestantes que demandaban la aprobación inmediata de las reformas a la Ley Electoral. Varias personas de otro grupo de los descontentos lo rodearon e insultaron, lo que obligó a sus guardias de seguridad a sacarlo apresuradamente del lugar.

Al respecto es necesario indicar que el embajador debe ser prudente en sus visitas, porque en situaciones tumultuarias se dificulta la tarea de resguardar la seguridad. Estados Unidos apoya la posición de que, debido al inicio del proceso electoral y a que las considera un cambio de reglas a la mitad de un proceso, las urgentes reformas a la Ley Electoral entren en vigencia en el siguiente período electoral, lo cual es una consecuencia lógica de la inminencia de los comicios.

Esto es lo que exigían los manifestantes frente al Congreso de la República, quienes representaban a un centenar de organizaciones civiles. Por aparte, un grueso sector de la población considera positivo que el embajador estadounidense señale la posibilidad de cancelación de visas a los corruptos.

No es posible saber en este momento cuántos aspirantes podrán integrar las boletas. Zury Ríos está, de momento, fuera de la contienda, y hay otros cuya participación es dudosa a causa de asuntos legales. Las aguas no se han calmado y hay arrecifes ocultos. El MP y la Cicig pueden y deben insistir en sacar de la boleta a quienes tienen fortunas solo explicables por actos corruptos, porque esta sería la única vía para la depuración.