LA ERA DEL FAUNO

Una sentencia para la historia

Juan Carlos Lemus @juanlemus9

|

Este juicio anuncia, quizá, el fin del litigio malicioso. Fue inútil no defender sino obstaculizar. El pago de esa opción es alto, más que todo para las personas acusadas y hoy condenadas. Quién sabe si con una defensa auténtica habría podido demostrar otras cosas o atenuar, según el caso, su participación en los hechos imputados.

El Tribunal de Mayor Riesgo A dictó sentencia en el caso Sepur Zarco: Culpables. 120 años de prisión contra el teniente coronel Esteelmer Francisco Reyes Girón y 240 años de cárcel para el excomisionado militar Heriberto Valdez Asij.

Esta sentencia es paradigmática para el mundo entero. Se sienta un precedente que permitirá evitar o condenar la esclavitud sexual de mujeres durante los conflictos armados. Fueron 16 días de debate en los cuales el Ministerio Público y los querellantes presentaron pruebas testimoniales, periciales y científicas para explicar cómo entre 1982 y 1983 fueron trasladadas las mujeres q’eqchies al destacamento militar Sepur Zarco, ubicado en El Estor, Izabal, donde fueron violadas y esclavizadas.

Al emitir condena, la jueza Yassmin Barrios enfatizó que el patrón de conducta referido a los asesinatos, violaciones y humillaciones fue el mismo: luego de desaparecer a sus maridos, las mujeres fueron dejadas en manos de los soldados y estos las trataban como animales. Todo con el consentimiento y apoyo del comisionado militar y del teniente coronel.

Al creer en los testimonios de las víctimas, los juzgadores lograron devolver la credibilidad en los procesos de justicia. Es una nueva búsqueda y es una nueva condena en casos relacionados con el abuso de poder del Ejército sobre poblaciones civiles. Recordemos que Efraín Ríos Montt fue condenado por otros delitos, incluido el de genocidio, a 80 años de cárcel. En mayo de este año se cumplirán tres desde que el mismo tribunal, presidido por la jueza Barrios, dictara aquella histórica sentencia.

Es de suponer que muchos de aquellos soldados y comisionados que también cometieron esos crímenes en Sepur Zarco siguen vivos. Estarán por ahí, acaso siguiendo en directo el juicio. También violaron, mataron y se burlaron. Esos también culpables no dormirán tranquilos por el resto de sus vidas.

Alrededor del juicio, mucho se ha venido criticando que las víctimas exigirían un resarcimiento económico. Poca cosa serían varios millones para cada una, porque no fue un mueble el que arruinaron, sino varias vidas por cada familia, a toda una comunidad y al país. Poca cosa es el resarcimiento y lo injusto no es el pago, sino la cantidad simbólica, lo poco que será, pues al final de cuentas es dinero, algo insuficiente para restablecer todas las relaciones rotas, los traumas personales, psicosociales y las muchas otras consecuencias que tuvieron aquellos hechos.

También se propagó la mentira de que era un juicio en contra del Ejército de Guatemala. Con toda seguridad, precisamente, los miembros del Ejército más disciplinados eran los primeros interesados en que se hiciera justicia. Eso les permite recobrar una imagen destrozada que les dejaron sus malos elementos. El mismo Ejército de Guatemala puede celebrar los resultados de este juicio, que no fue contra su institución, sino testimonio de que la patria no solo se defiende con las armas, sino también con dignidad en los tribunales. No creo que el Ejército en su totalidad se trague viejas y testarudas ideas del comunismo terrorista incrustado en cada víctima de violación.

Gracias a estos resultados, a tanto esfuerzo que encuentra abierta la puerta de la justicia, es posible que, entre saltos y tumbos, nos enfrentemos a procedimientos de justicia que solían estar negados.

@juanlemus9

ESCRITO POR: