Águila solitaria está en peligro de extinción

El águila solitaria  habita en los bosques  de Zunil, San Martín Sacatepéquez y Colomba,   Quetzaltenango, pero su número se ha reducido, tanto por la caza furtiva como por incendios forestales,  que prácticamente ha desaparecido.

El bosque  de Zunil, Quetzaltenango, es uno de los pocos lugares que  el águila solitaria habita en Guatemala, según ambientalistas que estudian el comportamiento de esa especie. (Foto Prensa Libre: Alejandra Martínez).
El bosque  de Zunil, Quetzaltenango, es uno de los pocos lugares que  el águila solitaria habita en Guatemala, según ambientalistas que estudian el comportamiento de esa especie. (Foto Prensa Libre: Alejandra Martínez).

QUETZALTENANGO.-  Muy pocos pueden decir que han visto esta ave rapaz, que mide  entre 63 y 76 centímetros de envergadura y pesa alrededor de seis libras.

Alan  Marroquín, asesor de vida silvestre del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) en la delegación Quetzaltenango, indicó que es una especie   que se ve ocasionalmente, pero   aún habita en  bosques de los municipios  citados.

Marroquín añadió que no cuentan con registros de avistamientos recientes, pero la existencia del ave en los bosques latifoliados  de Quetzaltenango está documentada.

El funcionario resaltó que además de la caza furtiva existen otros factores que han incidido en la reducción del  número de ejemplares, como incendios forestales y la desaparición de bosques. “Esto ha causado que se encuentre en el listado de especies en peligro de extinción que maneja el Conap”, expuso.

“Asumimos que el ave habita en los bosques de las áreas protegidas, en las partes más altas que tienen menor accesibilidad para las personas y en los volcanes, sobre todo en el Pecul, en Zunil,” refirió.

Sin embargo, Marroquín  indicó  que se sabe que en México y otros países mesoamericanos el águila no está en la lista de especies en riesgo.

René Sánchez, encargado de áreas protegidas de  Zunil, explicó que tiene conocimiento de la existencia del águila, pero no ha logrado documentarlo debido a las condiciones topográficas y climáticas del bosque nuboso en ese municipio,  que va de mil 600 hasta tres mil 500 metros  sobre el nivel del mar.

Explicó que quienes han  podido observar el ave  lo han hecho durante el  verano  o cuando  esta  buscan su alimento; de lo contrario es difícil verla.

Hace 20 años

Entre las pocas personas que han tenido la oportunidad de observar al ave solitaria se cuenta el ambientalista Max von Anshelm, y considera que ha sido algo único.

Von Anshelm relató que   se encontraba en los alrededores del río Samalá, entre los volcanes Pecul y Santa María, cuando pudo verla. “De eso ya hace más de 20 años. Después no he tenido otra experiencia similar con esta ave”, comentó.

El ambientalista considera que  la responsabilidad de proteger y conservar al águila solitaria es de toda la población, no solo de las autoridades, y que la pérdida de esta   se debe principalmente a la ignorancia de las personas que atacan a la especie y reducen su hábitat.

“El problema radica en la alteración de los ecosistemas. Hay comunidades donde valoran  las especies y se organizan para cuidarlas, como sucede en Sibinal, San Marcos, pero en Tajumulco, del mismo departamento, se tiene información de que la gente le dispara por deporte”, afirmó Von Anshelm.

Opina que para resolver el problema se necesita de  una campaña informativa dirigida a la población  y que se dote de recursos y personal a las instituciones encargadas de la protección de esa  especie, en peligro de  extinción.