Cumplen dos años en busca de justicia

¿Dónde están?, ¿qué les hicieron?, ¿cuándo regresarán? son las preguntas que constantemente se hacen familiares de cuatro investigadores de la Policía Nacional Civil (PNC) de Quetzaltenango, que el 1 de marzo recién pasado cumplieron dos años de estar desaparecidos.

Gandy Chacaj, Ebodia Miranda de González, Angélica Hernández  y Luindy Orozco Velásquez, esposas de los  agentes desaparecidos, durante una marcha que efectuaron el año pasado, en Xela.
Gandy Chacaj, Ebodia Miranda de González, Angélica Hernández y Luindy Orozco Velásquez, esposas de los agentes desaparecidos, durante una marcha que efectuaron el año pasado, en Xela.

Los agentes de la División Especializada en Investigación Criminal (Deic) desaparecidos son Juan Pablo Suhul y Byron González López, ambos de 27 años; Benjamín Jiménez Martínez, 29, y Breyner Beder Orozco Fuentes, 30, quienes el 1 de marzo del 2012 salieron a trabajar en un caso de supuesta extorsión, pero nunca regresaron. La última vez que fueron vistos con vida fue en Agua Zarca, Santa Ana Huista, Huehuetenango.

Consternadas, angustiadas y con más preguntas que respuestas viven desde ese día las esposas de los investigadores de la Deic, quienes están desesperadas por saber qué les ocurrió a sus parientes.

Luindy Orozco Velásquez, de 27 años, lamenta que su hija, quien mañana cumplirá 2 años, no llegó a conocer a su padre, Breyner Beder Orozco, ya que nació cuatro días después de la desaparición.

Explicó que en el 2013, ella y familiares de los otros desaparecidos salieron a protestar frente a la Comisaría 41, en Quetzaltenango, para exigir justicia, pero este año ya no lo hicieron porque aseguran que nadie los apoya para esclarecer lo ocurrido.

Orozco Velásquez añadió que ahora el caso pasó a manos de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, donde tampoco les han informado sobre algún avance.

“Mi hija pregunta quién es su papá; ella nació el 5 de marzo del mismo año en que desapareció mi esposo. Con Breyner estábamos emocionados porque ya teníamos la parejita. Mi otro hijo tiene ahora 4 años y también pregunta por su papá”, resaltó.

Orozco Velásquez explicó que le da tristeza escuchar a los mismos policías decirles que dejen todo como está y que ya no hagan nada para seguir la búsqueda.

“Yo no he perdido la esperanza de volverlo a ver, al igual que mis compañeras. Aún conservo mi número de celular, por si algún día él me llama”, indicó.

Desinterés

Ebodia Miranda de González lamentó que las instituciones no muestren un interés real por apoyarla en la búsqueda de su esposo, Byron González.

“Es triste no tener el respaldo para buscarlos. En la Policía nos dicen que están buscándolos, pero otros nos aseguran que no es cierto”, comentó.

Miranda de González agregó que ya no quiso seguir detrás de las investigaciones y protestas, porque ahora tiene que trabajar para el sustento de la hija que procreó con el agente.

Las afectadas indicaron que ahora cada quien emprendió el camino de buscar trabajo para sacar adelante a sus hijos y que aunque lograron una indemnización del Ministerio de Gobernación, esta no es suficiente.

Gandy Chacaj, esposa del investigador Sehul, y Angélica Hernández, cónyuge de Benjamín Jiménez, han dicho que el tiempo sin sus parejas ha sido un calvario, porque no están tranquilas sin saber el paradero de ellos.

El subcomisario Jorge Luis Pérez Alvarado, de la PNC en Xela, afirmó que las investigaciones continúan y que el caso no ha sido engavetado.

Condena y juicio

El 21 de septiembre del 2012, el Tribunal Primero de Sentencia Penal de Quetzaltenango condenó a 50 años de prisión al oficial  Israel Miranda Ramírez, por la desaparición forzada de  cuatro investigadores, de los cuales era el jefe.

Se estableció que Miranda les ordenó  a los policías que viajaran con él a Huehuetenango, sin insignias policiales ni teléfonos, para efectuar un operativo.

Los exagentes Overner Filomeno Alfaro Martínez y César Augusto Castillo Recinos están ligados a proceso por ese caso.

Según las autoridades, a   Alfaro Martínez se le señala como presunto autor intelectual de la desaparición de los agentes, pues  supuestamente coordinó la interceptación de estos.

Castillo Recinos habría colaborado  en borrar pruebas de lo sucedido a los investigadores. Este era jefe de la subestación de la Policía en Santa Ana Huista y se encontraba de turno el día de la desaparición.

Los vinculan con el narco

El expediente  M3542-2012-3453 de la Fiscalía contra la Impunidad del MP  revela que  la desaparición  pudo deberse a  nexos de las víctimas con el  narcotráfico.

 Los agentes  habrían intentado robar dinero al supuesto narco  Danubio Matamoros Castillo, o no le entregaron un cargamento de droga por el cual ya habían cobrado.