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El Imparcial, el abuelito de los periódicos, cumpliría este año 95 primaveras

Connotados literatos escribieron en este diario, uno de los referentes del periodismo nacional.

El muñequito de El Imparcial, dibujado por Alfonso Campins Raymundo, nunca mostró su rostro. Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL.

El muñequito de El Imparcial, dibujado por Alfonso Campins Raymundo, nunca mostró su rostro. Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL.

“El comienzo de una labor nos reviste de alegrías trabajadoras, de ánimos juveniles”, escribió Alfonso Alfaro en su columna Glosario, aparecida en el primer número del diario El Imparcial (viernes 16 de junio de 1922).
De esa forma, con entusiasmo, se le dio la bienvenida a uno de los decanos del periodismo nacional, el cual circuló hasta el 12 de julio de 1985.


Este año, el abuelito de la comunicación escrita hubiera cumplido 95 primaveras.
“Era producto directo de las pláticas en el elegante Hotel Iberia, entonces en la capital. En sus comedores, o en su bar, entre sorbo y sorbo y ya paladeando algún exquisito plato, un grupo de periodistas en esos días sin trabajo y de empresarios de tipografía en cierne, planificaron el periódico. Allí estaban Alejandro Córdova, quien dirigía; César Brañas y Carlos Gándara Durán, redactores, y Antonio Gándara Durán, el hombre férreo de la administración”, escribió León Aguilera en el libro Treinta años de El Imparcial o la lucha de un diario por su independencia (1952).
En su fundación también colaboraron David Vela Salvatierra y el colombiano Miguel Ángel Osorio Benítez, quien firmaba con los pseudónimos Porfirio Barba-Jacob y Ricardo Arenales.
El Imparcial, además de su calidad informativa, es recordado por dar espacio a grandes literatos guatemaltecos, entre ellos Brañas —por cierto, era quien firmaba bajo el pseudónimo Alfonso Alfaro—, el Nobel Miguel Ángel Asturias, José María Bonilla Ruano —autor de las modificaciones del actual Himno Nacional—, y Rafael Arévalo Martínez —entre sus obras están ¡Ecce Pericles! y El Hombre que parecía un caballo—. También escribieron Carlos Wyld, Luis Cardoza y Aragón, Augusto Monterroso y Mario Monteforte Toledo, entre otros.
En 1997, el Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (Cirma), con sede en Antigua Guatemala, Sacatepéquez, adquirió la única colección completa que hay en el país, la cual está disponible para el público en general.

Los temas

La portada del primer número se enfocó en la tragedia que se vivía en la capital salvadoreña. El titular decía: “Más de 300 cadáveres han sido encontrados hasta ahora entre las víctimas de la inundación de San Salvador”. La tapa, además, contó con cuatro anuncios en los que, al centro, destacó el del Hotel Iberia —ni siquiera tenía dirección, pues era tan pequeña la capital que todos lo conocían—. En el cintillo inferior se publicó el aviso del Gran Hotel Central.
Se informó, asimismo, sobre el aniversario de un rey escandinavo: “Su majestad Gustavo de Suecia celebra en esta fecha el día de su cumpleaños”, seguido de una nota que decía: “Nos complace presentar en esta fecha un saludo a la estimable colonia sueca y a su cónsul general interino en Centroamérica, señor Juan Lehnhoff, con motivo de celebrarse en esta fecha el cumpleaños de su majestad Gustavo V, prestigiosa figura de la actual realeza europea”.
Días más adelante, también en la portada, mostraba la relativa tranquilidad con la que vivían los guatemaltecos de entonces, ya que se anunciaban festivales o conciertos. Además, a modo de sección clasificada, se publicaban cumpleaños: “La señorita Alcira Goicolea, quien celebró el día de ayer la iniciación de un año más en su vida, se vio muy felicitada”.
También había avisos de enfermos: “Ligeramente indispuesta hállase la gentil señorita Graciela Hegel. Son nuestros deseos que pronto se restablezca la distinguida paciente”, o bien, “La apreciable señora Filomena de Cordón se encuentra en cama, con la salud un tanto alterada”.
Había, además, un apartado para viajeros: “Después de una larga permanencia en Yanquilandia, se halla de nuevo entre nosotros el señor Arturo Murillo”. En otro aviso se lee: “Después de gozar de una alegre temporada en la ciudad de Antigua, se encuentran de nuevo en la capital las bellas señoritas Margarita, Sara, Elena, Luisa y Ketty Herrera Dorión”.
La publicidad también da una idea de cómo era la vida en el país en 1922: “Los 60 carros y camiones Dodge que hay en Guatemala, son el testimonio más eficaz de su durabilidad y resistencia”.
Con el paso de los años y con la evolución propia del periodismo, la temática varió. De esa cuenta, se abordaron notas del día a día, grandes reportajes, crónicas o entrevistas. “Hay un enorme caudal de información”, refiere Thelma Porras, directora del Archivo Histórico del Cirma. “Hay datos de historia, sucesos, conflicto armado, gobierno, educación, arte, biografías o deportes”, ejemplifica.
En la colección, además, se encuentran cinco ediciones especiales, entre ellas una dedicada a Perú y otra a Quetzaltenango.
El Imparcial circuló por última vez el 12 de julio de 1985, pues no logró ponerse al día con los avances tecnológicos. Hoy, sin embargo, sus ediciones siguen siendo una excelente herramienta de referencia para investigadores y académicos, pues muestra miles de hechos acaecidos en Guatemala y el mundo a lo largo de 63 años.

A la izquierda, Alejandro Córdova, fundador de El Imparcial. A la derecha, el logotipo de ese diario, creado por el maestro Carlos Mérida. Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL.

Alejandro Córdova

Nació el 20 de mayo de 1886 en Huehuetenango. Empezó su carrera periodística en el Diario de Centro América. Cofundó El Imparcial con la idea de crear un periódico independiente y sin ideologías. Fue asesinado el 1 de octubre de 1944, luego de oponerse abiertamente a que Federico Ponce Vaides tomara el poder.

Logotipo

La grafía de “El Imparcial” iba acompañada por el escudo de un quetzal al centro rodeado por el lema “belleza, verdad y justicia”. El logo fue creado por el connotado pintor y escultor guatemalteco Carlos Mérida (1891-1984), quien siempre expresó su orgullo por su ascendencia maya-quiché y española.

El muñequito

Las viñetas eran obra de Alfonso Campins Raymundo. Esta figurilla apareció por primera vez el 6 de noviembre de 1922. Se trataba de un hombre fornido y con el cabello erizado que se ocultaba tras un ejemplar de El Imparcial —nunca mostró su rostro—. Dos de sus fundadores —Córdova y Vela— lo encargaron para exaltar el genio humorístico del guatemalteco y para darle voz a la gente de a pie. El Cirma tiene algunos originales a color.

Información

Ese periódico fue uno de los referentes a lo largo del siglo XX. En la imagen (abajo), portada del incendio del Hospital Neuropsiquiátrico, el  14 de julio de 1960. El Imparcial, lógicamente, también informó sobre sucesos trascendentales como la llegada del hombre a la Luna, el asesinato de John F. Keneddy o la muerte de Jacobo Árbenz. 

Impresionante

El maestro Alfredo Gálvez Suárez, cobanero de nacimiento y ampliamente conocido por sus murales en el Palacio Nacional de la Cultura, fue autor de esta portada (abajo) en homenaje a Perú, que en 1924 cumplía el centenario de la batalla de Ayacucho. Este ejemplar a color fue publicado el 9 de diciembre de ese año.

En blanco y negro está la portada del siniestro en el Neuropsiquiátrico, en 1960. A color, una tapa en honor a Perú, la cual data de 1924 Foto: Hemeroteca PL.

Otros datos

El Cirma resguarda la única colección completa de El Imparcial.
Sus archivos constan de 497 tomos con 20 mil 897 ejemplares que van desde 16 de junio de 1922 al 22 de julio de 1985; un millón de recortes clasificados por temas en carpetas, desde 1952 a 1985; cinco ediciones
extraordinarias; y  249 rollos de microfilme, desde el 16 de junio de 1922 al 6 de marzo de 1970.
La colección de ese periódico está en un cuarto donde está controlada la temperatura y la humedad. Se prevé digitalizar poco a poco, aunque reconocen que se necesita más financiamiento, personal y equipo para realizar tan titánica labor. De momento se cuenta con una persona que se especializa en restaurar documentos antiguos.

“La morgue”

En 1952, el periodista Rufino Guerra Cortave creó el departamento de Referencias, que luego fue conocido como “la morgue”. “Este era un sistema de referencia cruzada”, dice Porras. Este es un archivo con casi un millón de recortes clasificados en 23 temas generales, ordenados de forma alfabética y cronológica, que van desde 1952 hasta 1985. Está guardado en el Cirma.

La Fototeca

Las fotografías de El Imparcial han sido encargadas a la Fototeca Guatemala Cirma, dirigida por Anaís García. Hay alrededor de 147 mil negativos y 10 mil positivos comprendidos entre 1952 y 1985. Asimismo, existen 229 rollos de microfilme de 33mm, y 20 rollos de 16mm.

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