Revista D

Inteligentes y conectados, así serán las llantas del futuro

La alta tecnología lo tiene claro: quiere facilitarles la vida a los conductores.

Los fabricantes de Goodyear imaginan que los neumáticos del futuro serán esféricos.

Los fabricantes de Goodyear imaginan que los neumáticos del futuro serán esféricos.

Han experimentado con nuevas mezclas de goma, con caucho natural, con otras plantas y con silicatos especiales. Los fabricantes de llantas buscan constantemente desde hace años introducir pequeñas innovaciones en sus productos que generen grandes avances, como una mayor adherencia al suelo para aumentar la seguridad y menor resistencia por roce para reducir el consumo de combustible.


Pero se está registrando una transformación en el desarrollo de esta industria. Ya no alcanza con pequeños cambios en la estructura molecular y el perfil de las piezas de caucho. Se trata literalmente de darle una vuelta al concepto. Empresas como Michelin, Goodyear, Continental o Pirelli han sorprendido una y otra vez en los últimos meses con desarrollos revolucionarios, que solo tienen en común una cosa: hay una forma básica de producir llantas y esta, claro está, es redonda. Pero los neumáticos ya entraron en la era de la inteligencia artificial.

Novedades

El cambio más radical es probablemente el concebido por Goodyear. Sus ingenieros desarrollaron el Eagle 360, con forma de esfera. De este modo se ofrecería mayor movilidad a los vehículos de conducción autónoma, permitiendo su desplazamiento lateral o en diagonal, argumentan sus productores.
Además, incorporaron debajo de la estructura de polímeros elástica y acolchada elementos de propulsión que funcionan como músculos y optimizan su perfil, según las características del suelo recorrido. En Goodyear reconocen, sin embargo, que este es un desarrollo que recién se verá en la producción en serie en 10 o 20 años.  

En Michelin también piensan en el futuro lejano con un Visionary Concept, presentado recientemente, el cual se produce de acuerdo con principios biónicos con materiales reciclados mediante impresión 3D.De esa cuenta el neumático está construido de manera tal que reemplaza también a las llantas actuales. El perfil se programa en la impresora 3D conforme el uso que se le vaya a dar.
Las estructuras, siguiendo modelos de la naturaleza, son tan estables y a la vez tan elásticas que se equiparan con la estabilidad y el confort de manejo de las piezas de caucho. Una ventaja adicional del bio-neumático: después de su uso se puede reciclar.


Pirelli y Continental se muestran, en tanto, un poco más cercanos a la realidad actual en sus últimos desarrollos. Los fabricantes italianos presentaron el año pasado Connesso, que tiene un sensor en el costado que registra variables significativas como la presión, el desgaste y la eficiencia y las transmite a través de la nube de Pirelli a una aplicación en el celular del conductor. Si llega a ser necesario un cambio se le comunica automáticamente al usuario el lugar más próximo para repararlo.

Continental llevó estos productos a la feria de electrónica CES en Las Vegas. Allí presentó sus sistemas ContiSense und ContiAdapt. El primero reconoce si la llanta ha tenido daños por golpes fuertes y advierte también al conductor si hay un desgaste excesivo del perfil. El segundo regula su presión mediante un compresor incorporado al chasis, adaptándola a la superficie recorrida para optimizar la adherencia.

Connesso ya está a la venta y los modelos de Continental saldrán al mercado dentro de los próximos cinco años, anuncian sus fabricantes.
De igual manera se está estudiando la posibilidad de desarrollar neumáticos sin aire. Bridgestone planea fabricar en serie a partir del año próximo unos  para bicicletas. Las características elásticas del aire serán cubiertas por rayos de resinas especiales.
Hasta tanto se llegue a equipar los autos con neumáticos de alta tecnología o sin aire habrá que seguir el consejo más convencional de los expertos: elegir los de calidad, revisar regularmente la presión de aire y cada tanto el perfil.

circulación

La llegada del semáforo hace más de cien años ha contribuido significativamente a la seguridad vial. Entretanto, el desarrollo tecnológico y el arribo del vehículo autónomo hace necesario modificar la organización en las calles. Así también el semáforo adquirirá otras funciones, aunque algunos expertos, incluso, se preguntan si en el futuro no serán eliminados.
Cuando en 1914 aparecieron en Clevenland, Estados Unidos, los primeros semáforos eléctricos para regular el tránsito, todavía circulaban por las calles carros tirados por caballos. Como los autos iban a poca velocidad bastaban dos colores: rojo para frenar y verde para avanzar.
En tanto, en Alemania se instalaron los primeros en 1924, en el Postdamer Platz, en Berlín. En aquel momento, la velocidad había aumentado y se hizo necesario añadir un tiempo adicional de transición entre los dos colores ya existentes. Así surgió el amarillo.
Desde los años 1980, el tránsito se regula electrónicamente. De esta manera, los semáforos se pueden adaptar a las distintas situaciones del tránsito y climáticas. Los conectados en red permiten controlar mejor el flujo de vehículos.
Actualmente se están llevando a cabo pruebas en las que los automóviles están coordinados con semáforos para facilitar la llamada onda verde y una conducción amigable con el medio ambiente.
¿No llegará entonces el día en que los carros interconectados harán superflua la existencia de semáforos?
“Tal como hasta ahora, también en el futuro estos seguirán regulando el tránsito en cruces importantes de calles y pasos de peatones”, señala Christopher Gerhard, del Instituto Alemán de Caminos y Carreteras (BASt).
Lo mismo opina Philipp Hahn, de la empresa Siemens. Estos aparatos cumplirán la misma función que en el presente, es decir, “informar a los conductores los momentos correctos para continuar o parar”.
En un futuro cercano estarán aquellos que les indicarán a los autos cuando comienza la fase verde, adelanta Hahn. De esta manera la unidad de control de motor (ECU) podrá sincronizar las funciones de arranque del auto de tal modo que permita reducir el ruido y el consumo.
A mediano plazo, los semáforos enviarán información directamente a los teléfonos inteligentes. Servirá también como advertencia para no videntes o para niños que caminan distraídos mirando su teléfono celular. Una aplicación le indicará si el semáforo está rojo.
“En algún momento, la interconectividad entre los vehículos podría hacer prescindibles los semáforos”, opina Hahn. Sin embargo, según el experto, las señales seguirán siendo necesarias dado que no todos los peatones o los niños estarán conectados a una red.

Sin luces

Fabricantes como Audi, BMW o Mercedes están trabajando en un sistema de comunicación sin luces. Hoy se está investigando el sistema Car-to-X, que utiliza medios inalámbricos de telefonía móvil de alta velocidad, UMTS y GPRS y GPS. Esto permite una comunicación rápida y en tiempo real entre los vehículos.
Hoy en día ya circulan en Estados Unidos miles de autos interconectados de Audi, que reciben información de los semáforos en tiempo real, como, por ejemplo, la duración de la fase verde. Si de antemano se sabe cuándo uno de estos se pondrá rojo o verde es probable que la conducción sea más relajada, opinan los expertos.

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