Revista D

La marimba no es exclusiva de Guatemala

Efraín Figueroa Lemus tiene un doctorado en Física y sus conocimientos en acústica, que provienen de la marimba, definen su trabajo con  láseres y su nuevo libro.

Con el sello Piedra Santa, publicó La marimba mesoamericana, una historia ilustrada. (Prensa Libre: José Luis Escobar).

Con el sello Piedra Santa, publicó La marimba mesoamericana, una historia ilustrada. (Prensa Libre: José Luis Escobar).

Escuchar el sonido de una marimba durante un concierto en vivo despertó la curiosidad de un niño de Izabal. Se propuso descubrir el funcionamiento de ese instrumento que al oír por primera vez le recordó al zumbido de las abejas.

Con el paso del tiempo el mismo interés llevó a ese niño, Efraín Figueroa Lemus, a investigar la tecnología láser.  Hoy es doctor en Física. Desde hace 10 años radica en San Diego, California, Estados Unidos. También es músico de corazón y recientemente publicó el libro La marimba mesoamericana, una historia ilustrada, en el que brinda detalles de sus hallazgos acerca del instrumento nacional.

¿Cómo fue su encuentro con el instrumento?

Crecí en Bananera, en Morales, Izabal. Un día, me enviaron al pueblo a poner un telegrama, al volver a casa pasé por una estación de radio y me atrajo un ruido; era como un zumbido.

Era una marimba.

Sí, y no era usual que llegaran a Bananera. Esa vez estaban transmitiendo un concierto en vivo. Tenía 10 u 11 años  y me llamó la atención lo fuerte que vibraban sus teclas. Ese día me propuse descubrir cómo eso era posible sin medios electrónicos de amplificación.

¿Se acercó al grupo?

Me considero una persona tímida. Pero lo supero cuando quiero saber más acerca de la marimba. Esa vez, al terminar la actividad fui a platicar con los músicos y les pregunté cómo habían construido su instrumento y de qué partes constaba.

¿Es músico?

Sé tocar guitarra y con ella he interpretado temas originalmente escritos para marimba. Como muchos, aprendí a tocar al oído, y aunque no me considero uno como tal, sí lo soy de corazón.

¿Eso lo llevó a escribir?

Al igual que muchas personas yo no sabía acerca de los grandes maestros de la marimba. No solo de los guatemaltecos, tampoco de los que ha habido en otros países. Ellos viajaron a Europa  y Estados Unidos, irradiando con mucho éxito el instrumento.

En La marimba de Sebastián, un libro ilustrado para niños, comencé mi faceta de escritor, al contar la historia del maestro quetzalteco Sebastián Hurtado, quien a los ocho años tuvo su primera marimba.

¿Su nuevo libro es de narrativa?

No, La marimba mesoamericana, una historia ilustrada es una investigación, tiene 14 capítulos, abundantes fotografías históricas e ilustraciones. No se centra solo en los aportes nacionales. En Guatemala hemos crecido con la noción de que solo acá se ha desarrollado la marimba, pero también se cultivó en  los países vecinos. No se puede negar la conexión que tiene en toda la región, cada país lo ha hecho de manera independiente según su tipo de música y cultura.

¿Por qué menciona a Fernando Morales en la portada?

Cuando comencé el proyecto del libro, busqué un colaborador y él fue el indicado. Sostuve por casi tres años comunicación telefónica y por correo electrónico con Fernando Morales Matus, de gran reputación y trayectoria musical.

Él nació en Benque Viejo, Belice y por casi medio siglo dignificó la marimba en Guatemala y México, país donde radicó y vivió hasta su muerte (marzo del 2015), a los 71 años, en Xalapa, Veracruz. El libro es también un homenaje a él.

En uno de sus capítulos hace énfasis en el fonógrafo ¿por qué?

La marimba, principalmente la guatemalteca y de algunos grupos chiapanecos, alcanzó gran fama en el extranjero pero eso, poco a poco, se fue olvidando.  En la Exposición de San Francisco de 1915, celebrada en ocasión de la inauguración del Canal de Panamá, Guatemala tuvo un pabellón y, además de productos locales, llevó una marimba que se presentó en vivo.   

En el evento también estaba la Columbia Records, fabricante de fonógrafos.  La firma grabó varios de los primeros discos de marimba  y lo hizo con el grupo de los hermanos Hurtado, que antes de esa fecha se llamó Guatemala Marimba. En mi libro hay un enlace para escuchar en línea esas melodías de hace un siglo. No obstante, hay material sonoro de 1908.

Se dice que la marimba tiene raíces africanas. ¿Lo comparte?

Esa es una hipótesis, el libro deja abierto el misterio a esa suposición. Se dice que fueron los africanos quienes la introdujeron, pero hay poca documentación para confirmarlo. Tampoco debemos descartar los aportes que lograron la creación de un instrumento local, porque el área mesoamericana tiene instrumentos predecesores. No se puede negar que entre la marimba mesoamericana y la africana hay mucho parecido, incluso, hay similitudes con instrumentos de Sudamérica.

Cuando habla de una nueva marimba en el Reino de Guatemala. ¿a qué se refiere?

Hasta 1680, la marimba estaba circunscrita a los pueblos indígenas. Ese año fray Juan Joseph de Padilla incorporó la marimba a las celebraciones por la inauguración de la catedral (Antigua Guatemala) y el instrumentó comenzó a ser apreciado por más sectores.

Además de religioso, De Padilla tenía conocimientos de astronomía, mecánica, acústica y matemáticas. Él realizó cambios al instrumento, sustituyendo los tecomates por resonadores construidos de madera. A este hecho lo considero un renacimiento de la marimba.

¿Qué eventos marcaron la época de oro?

La marimba tuvo en el extranjero una excelente acogida entre 1915 y 1930. Después de la presentación en la Exposición de San Francisco y gracias al fonógrafo, la difusión de sus melodías ayudó a su propagación fuera de Mesoamérica.

Si buscáramos en los periódicos de esos años, en ciudades estadounidenses como Nueva York, San Francisco o Boston, veríamos que eran comunes los anuncios de discos y de bailes en clubes o teatros.

La marimba reinó durante década y media en Estados Unidos, antes de que aparecieran las grandes orquestas o Big Band.

¿Cuál fue el aporte de John Deagan?

Este neoyorquino fundó una fábrica de instrumentos de percusión, en 1913. Fue adquirida por la firma Yamaha, en 1978. Deagan estuvo al tanto de la popularidad de la marimba en Estados Unidos, en especial de la  cromática. En 1914, patentó un instrumento que guarda relación con el nuestro.

En 1920, produjo un modelo al que llamó nabimba, que no fue aceptado por los músicos de su país, pues prefirieron el tono puro de la madera. No obstante, él fue especialista en afinación y sentó la base para los instrumentos modernos comerciales que se fabrican en la actualidad, como el vibráfono o xilófono modulado de metal y las marimbas de concierto.

Hábleme de la marimba cromática.

Es la versión del instrumento que cuenta con doble teclado, la adición permitió tocar los bemoles y los sostenidos sin maniobrar, en plena ejecución, pequeñas bolas de cera, para lograr la variedad de los efectos sonoros. A Sebastián Hurtado se le reconoce ser el innovador de la marimba cromática guatemalteca.

Antes de esa incorporación, las marimbas eran diatónicas. Aún con ese complicado sistema, los grupos interpretaron música europea como valses, polkas y marchas.

En un diario de 1893 figura una fotografía de un grupo de Ciudad Vieja premiado en la Exposición de Chicago, por “un instrumento original en el que se pueden interpretar composiciones europeas, así como selecciones de su propio país, Guatemala”.

Su libro cuenta con bastantes fotografías históricas. ¿Fue difícil conseguir el material.

Considero que sin las fotos, es decir, sin la parte visual, la investigación habría estado incompleta. Demoré más en esta parte que en la escrita, pero valió la pena. Recuerdo que acudí dos veces a la Universidad Estatal de San Francisco. Por correspondencia electrónica me facilitó material la Universidad de Texas. También me apoyaron con fotos de época en la Universidad Estatal de Nueva York.

Logré una foto de una de las primeras marimbas cromáticas construidas en Mesoamérica.  Es posiblemente de 1910 y quizá fue construida en la fábrica de los hermanos Sebastián y Toribio Hurtado, en Quetzaltenango.  Me llena de satisfacción haber podido fotografiarla. El instrumento está  en  el Instituto Smithsoniano, en Washington.   

Usted es físico. ¿Cómo relaciona su pasión por la música y su profesión?

Aprendí mucho de la resonancia, frecuencia y la propagación de una onda acústica. De cierta manera, tiene una relación muy cercana a lo que hago con láseres. Conceptual, física y matemáticamente, es lo mismo.

La resonancia tiene un patrón específico. Si en lugar de resonadores acústicos usamos espejos, logramos que se irradie la luz. A estos resonadores ópticos se les llama láseres y ese es mi trabajo ahora. Yo sigo afinando, pero no sonidos, sino luz. Los láseres con los que trabajo se utilizan para hacer conductores que van dentro de aparatos, como los smartphones. Uso un rayo láser para producir una luz a la frecuencia necesaria para poder hacer los circuitos nanoelectrónicos.

“La marimba reinó durante década
y media en Estados Unidos, antes de que aparecieran las grandes orquestas”.
 

Físico y escritor

Guatemalteco radicado   en San Diego, California, Estados Unidos. Trabaja en la creación de tecnologías láser usadas en la fabricación de chips semiconductores. 

Licenciado en  Física por la Universidad del Valle de Guatemala. Obtuvo el doctorado en Física y Maestría en Ingeniería Eléctrica, respectivamente,  en la Universidad de Kentucky y en el Instituto de Tecnología de Georgia, ambos en Estados Unidos. 

Autor de   La marimba mesoamericana, una historia ilustrada, publicado este año en Guatemala por Editorial Piedra Santa. También del cuento infantil bilingüe e ilustrado, La marimba de Sebastián.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: